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Entrevue
TANIA CALVO
CICLISTA DEL LABORAL KUTXA

«Tenía dos opciones, pasarme al fondo o dejar la bicicleta»

La gasteiztarra hace balance positivo de su decisión de pasarse esta temporada al fondo y a la carretera tras ser consciente de que no podía repetir en los Juegos de Tokio en la pista en velocidad tras participar en Río en 2016. Se marca el reto de ser en París 2024 una de las pocas capaces de disputar dos Olimpiadas en especialidades tan diferentes y en esa progresión ve positiva su presencia en la Champions League.


Tania Calvo destaca a GARA la necesidad de un cambio a los 29 años antes de participar en Panevezys (Lituania) mañana en la segunda jornada de la Champions, donde también corre Eukene Larrarte.

¿Asumía que no iba a participar en los Juegos de Tokio al pasar de la velocidad al fondo este año?

Sabía que era muy complicado. Me clasifiqué, pero por cuotas continentales sabía que, al clasificarme la octava, iba a entrar una sudafricana y por eso hice la transición pensando en que no iba a los Juegos y he competido todo el año en el fondo.

¿Por qué el cambio?

La razón básicamente fue la falta de motivación. Llevaba diez años haciendo velocidad y no tenía la misma motivación por entrenar. Seguía haciéndolo bien, pero si te falta la chispa mental que necesitas las cosas no funcionan igual. Tenía dos opciones, dejar la bicicleta o pasarme al fondo que había hecho en categorías inferiores. Me gustaba, se me daba bien y me apetecía probar otra disciplina.

¿Ha costado la adaptación?

Al principio es cuando más cambios debes realizar por la adaptación a competiciones de más kilómetros. Ahora ya estoy medianamente bien. Nos quedan muchas cosas por trabajar y mejorar para ver hasta donde soy capaz de llegar, sobre todo el fondo. La base aeróbica no la tengo y se consigue con los años. En pista con distancias más cortas y asumibles me estoy amoldando bastante bien.

¿Cuál es la valoración de los resultados de este año y del Mundial?

Buena, porque me faltan carreras de cierto nivel, que es donde más se aprende. Tengo mucho por aprender en scratch, moverme en el pelotón, estar en el lugar adecuado es muy importante, pero hago muy buen balance. En la individual, que se ven más las condiciones, hice récord de España homologado porque Leire Olaberria tiene otro en altura. Es una referente y amiga y marcar ese tiempo es importante, señal de que progreso y puedo mejorar más en el fondo.

¿Le gustaría ser en París una de las pocas que ha disputado dos Juegos en velocidad y fondo?

Me gustaría estar en París y lucharé por ello. Es mi objetivo a corto y largo plazo porque no queda mucho tiempo. Las plazas hay que ganarlas en el verano de 2023 y en 2024. Parece que hay tiempo, pero se pasa en un momento y hay que aprovechar para trabajar lo más duro posible y pensar en el 2024.

¿Es positivo estar en el primer año en el fondo con las mejores en la nueva Champions League?

Cuando plantearon este formato no me esperaba estar porque había cambiado de modalidad. Competimos 36, 18 velocistas y 18 fondistas, es un grupo muy selecto, y no era fácil estar ahí. Pero en el ranking mundial voy bastante adelante y es lo que me ha dado el pase a la Champions League. Para mí es un placer entrar en una competición de este tallaje. Es muy importante también para aprender a moverme en este nivel. Tantas competiciones seguidas con las mejores es todo un aprendizaje.

¿Cómo fue la primera prueba en Mallorca y qué objetivos se marca en Lituania y en las demás series?

No estuvo mal, pero la primera de las carreras fue muy rara al ser la mitad de la distancia, una prueba muy movida, con mucha incertidumbre. La cabeza tiene que ir un paso por delante y no tener mucha experiencia no me ayudó. Necesito más experiencia y espero ir puliéndolo según vayan adelante las series.

Voy undécima en la general y quiero mejorar. Soy demasiado exigente. No tengo ningún objetivo claro de una posición porque soy consciente de que estamos las mejores, pero me gustaría estar adelante y dar alguna sorpresa. A ver si tengo la opción de entrar en un podio...

¿Qué supone esta competición?

Se le está dando mucha visibilidad. Es un formato muy atractivo para el público y muy importante para nosotras. Hace que la gente vea la competición. Sin público no somos nadie, es una muy buena idea y veremos qué repercusión tiene en un futuro.

¿Cómo ha sido la primera temporada en la ruta con dos podios pese el hándicap de que aquí casi todas las pruebas tienen puertos?

No corría tanto desde juveniles y lo que más me ha costado es ir en un pelotón grande. He pasado de competir en pista con una rival o con cinco como máximo a ir en un grupo, en las primeras carreras, de 200. He tenido que aprender a colocarme dentro del pelotón. Luego por el tipo de corredora que soy, sprinter, los puertos me han costado más. Acepto lo que soy, no voy a ser escaladora, y me centro en el trabajo que mejor sé hacer.

Mantengo la chispa de la velocidad, pero al meterme en el sprint no tengo estabilidad. Me voy amoldando poco a poco. La habilidad de meterme en un sprint es importante. Las competiciones de aquí suelen tener puertos de dos kilómetros y los conseguía pasar en algunas carreras y en otras no, pero en general he andado muy a gusto, también por el ambiente que tenemos en el equipo, que es vital.

¿Qué perspectivas tiene en la carretera en el futuro?

A ver hasta dónde soy capaz de llegar. La pista a priori me gusta más porque llevo muchos años, pero la carretera me gusta mucho también y se pueden complementar. A ver cómo sale esta temporada. En féminas hay mucha diferencia de nivel y lo notas cuando corres carreras como la Vuelta o las clásicas con las mejores. Estamos para trabajar y mejorar, pero si estás metida en este tipo de competiciones es más fácil que si te quedas aquí con las carreras vascas o españolas. No sabemos el calendario que haremos. Me gustaría competir en pruebas francesas más acordes a mis características.