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PELOTA

Altuna les cambia el paso

La exhibición antológica del campeón individual hizo que la que en el 2-7 parecía otra cómoda victoria deElezkano-Zabaleta terminara en su primera derrota, con lo que ya no hay invictos con solo tres jornadas.


ALTUNA-MARTIJA 22

ELEZKANO-ZABALET. 17


Desde estas mismas páginas han sido muchas las veces en las que hemos incidido en eso de que Jokin Altuna es mucho más que magia, que sus cualidades van mucho más allá de lo estético de sus remates, pero son esos días en los que le acompaña la inspiración, en los que es capaz de apurar cada cada gancho y de encontrar los ángulos y parar la pelota donde quiere, esos tantos en los que su intuición le lleva a desplazarse justo al sitio exacto al que el rival mandará la pelota, los que hacen de él un pelotari tan extraordinario.

Y los muchos pelotazales que acudieron ayer al Beotibar tuvieron la fortuna de coincidir con un día de esos en los que el duende le permitió al amezketarra cambiar el paso a unos Elezkano-Zabaleta que parecían tener un partido plácido cuando se adelantaron 2-7. La apuesta por la igualdad de las empresas, al menos por ahora, parece acertada y, con tres jornadas, ya no hay invictos.

Ese fue otro de los detalles de heroicidad a la actuación del amezketarra y un Martija claramente mejorado, que la exhibición llegó en un contexto de aparente clara inferioridad, con los campeones campando a sus anchas, con Zabaleta mandando como en sus mejores tardes y Elezkano sacando provecho a los huecos abiertos por su compañero. El partido parecía mostrarse plácido para los vigentes campeones, pues la fórmula que siempre les había funcionado, estaba volviendo a dar resultados otra vez.

Hasta que Altuna dio con la kryptonita justo en ese momento en el que los corredores se disponían a sentarse por falta de trabajo. Fue en ese instante cuando el campeón individual conectó su primer gancho, dando paso a un torbellino imparable. Sabedor de que alargar los tantos no les beneficiaba para nada, Altuna sacó partido al saque y al posterior remate, con jugadas de todo tipo en las que mantuvo la pelota lejos del alcance de sus rivales.

Imparable

La exhibición del amezketarra tuvo un doble efecto, pues además de voltear el marcador, cambió el paso de un Zabaleta que se mostró inusualmente incómodo en la cancha, lo que también sirvió de rearme moral de un necesitado Martija, que se vino arriba (19-12).

Reaccionó el de Etxarren, que había sembrado dudas sobre el estado de su derecha, logrando volver a desconectar por momentos al amezketarra, pero este no estaba para perdonar y solo maquillaron su derrota.