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La Haya ordena a Ereván y Bakú cesar en el odio racial y evitar otra guerra

La Corte Internacional de Justicia ordenó ayer a Armenia y Azerbaiyán rebajar la tensión y poner fin al odio racial para evitar una nueva escalada tras la guerra que les enfrentó en 2020 en torno a Nagorno Narabaj. Insta a Bakú a proteger a los presos armenios.


El máximo tribunal de Naciones Unidas ordenó ayer una serie de medidas cautelares a Armenia y Azerbaiyán para rebajar la tensión entre ambas exrepúblicas soviéticas y evitar una nueva escalada como la que derivó en la guerra de 2020 en Nagorno Karabaj.

Ereván y Bakú se acusan mutuamente de discriminación racial y la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya les exhorta a «abstenerse de cualquier acción que pueda agravar o ampliar la disputa ante el tribunal o dificultar su resolución», señaló la jueza presidenta, Joan Donoghue, en la lectura pública de la decisión.

Los dos países se habían denunciado mutuamente basándose en un tratado firmado por ambos, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial.

Armenia había exigido la liberación de todos los soldados capturados por Azerbaiyán en Nagorno Karabaj y la protección de los lugares de culto de los armenios que viven allí.

La CIJ rechazó, por catorce votos contra uno, la excarcelación de los prisioneros, pero ordenó a Bakú protegerlos. Además, por trece votos contra dos, los jueces decidieron que Bakú tendrá que detener y castigar la profanación del patrimonio cultural armenio».

Azerbaiyán, por su parte, había denunciado a Armenia por colocar, presuntamente, minas terrestres en Nagorno Karabaj después de noviembre de 2020, cuando se puso fin oficialmente a las hostilidades.

En su fallo, la CIJ no mencionó expresamente la cuestión y conminó a «adoptar todas las medidas necesarias para prevenir la incitación y la promoción del odio racial y la discriminación» y a abstenerse de «todo acto que pueda agravar o prolongar la disputa ante la Corte o dificultar su resolución».

Las partes que recurren a la CIJ para que resuelva sus conflictos están obligadas a cumplir sus resoluciones, pero el Tribunal no tiene forma de hacerlas cumplir.

Las dos repúblicas se muestran dispuestas a negociar el tratado de paz, aunque Bakú insiste en que Armenia debe reconocer la integridad territorial de Azerbaiyán y renunciar a Nagorno Karabaj, y Ereván sigue defendiendo el derecho a la autodeterminación de los armenios del Karabaj y afirma que ese asunto debe tratarse al margen de un acuerdo de paz.

La Justicia neerlandesa se pone de lado en Gaza

Un tribunal neerlandés se declaró ayer «incompetente» ante la denuncia de un palestino contra el actual ministro de Defensa y entonces jefe del Estado Mayor, Benny Gantz, por la muerte de seis familiares en 2014 ya que involucra a personal militar que lleva a cabo la política del Estado israelí. El Tribunal de Apelaciones de La Haya confirmó así la decisión de una corte inferior de 2020.

El denunciante, Ismail Ziada, también de nacionalidad neerlandesa, perdió a su madre, tres hermanos, una cuñada y un sobrino en un ataque aéreo del Ejército israelí contra el campo de refugiados de Al-Bureij, en la Franja de Gaza, en 2014, durante la operación militar bautizada como «Escudo defensivo», que dejó 2.251 palestinos muertos, la inmensa mayoría civiles, y 74 israelíes, la mayoría soldados.

La Corte destacó «que no está ciega al sufrimiento del denunciante», pero que los tribunales neerlandeses no tienen competencia en acciones de «personal militar de alto rango que ejecuta la política oficial del Estado de Israel».GARA