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Una familia palestina se atrinchera en su vivienda, que habita desde hace décadas, para impedir ser desalojada


Una familia palestina se atrincheró ayer con gasolina y bombonas de gas en su casa de Jerusalén Este ocupado para evitar ser desalojada. El Ayuntamiento de Jerusalén ha expropiado los terrenos que esta familia habita hace siete décadas y sus quince miembros se atrincheraron en la casa, sin luz desde que les cortaron la electricidad, y amenazaban con «hacerla volar» si les obligan a abandonarla.

«Llevamos en esta casa desde los años cincuenta y luchamos contra el desalojo durante 25 años. Nos han ofrecido dinero para irnos y hemos luchado para salvar nuestro hogar», indicó Abdallah Ikiramhawi, uno de los miembros de la familia.

Un amplio despliegue de la Policía israelí impedía el acceso a la vivienda y a la calle, cerca de la que durante el día se han congregado vecinos y activistas. Excavadoras israelíes ya han derribado un vivero colindante.

El caso de los Salhiya es una de las decenas de órdenes de expulsión que afectan a los vecinos palestinos del barrio de Sheij Jarrah. En este caso las autoridades israelíes han decretado la expropiación del terreno para construir una escuela. Como gran parte de los vecinos de este barrio, son refugiados palestinos desde 1948.

La misión diplomática de la UE pidió «una solución pacífica», recordó que los desalojos y las demoliciones son ilegales y pidió posponer el desalojo hasta que se celebre la vista judicial prevista para el 23 de enero. Las inminentes órdenes de expulsión en Seij Jarrah han generado una fuerte oposición local e internacional, y el pasado mayo desencadenaron numerosas protestas que derivaron en otra ofensiva contra Gaza.

En este ambiente de creciente tensión, Israel avanzó un nuevo plan para construir 1.465 viviendas en Jerusalén solo para residentes judíos, que abarca parte del territorio ocupado de la ciudad. A la vez, un pastor palestino de 75 años, habitual en las protestas contra los asentamientos, murió a consecuencia de las heridas que sufrió tras ser atropellado hace días por una grúa que trabajaba para la Policía israelí. Las fuerzas israelíes también mataron a un palestino al que atribuyeron un intento de apuñalar a un soldado en Gush Etzion, en Cisjordania.