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Rusia inicia en Bielorrusia las mayores maniobras desde tiempos de la URSS

Rusia realizó ayer una demostración de fuerza en la frontera con Ucrania con el inicio de maniobras militares conjuntas con Bielorrusia, que la OTAN consideró contrarias a la desescalada que EEUU y sus aliados piden a Moscú, que rechaza las amenazas y ultimátums. Kiev calificó de «presión psicológica» la concentración de soldados rusos en sus límites.


Los Ejércitos ruso y bielorruso comenzaron ayer las mayores maniobras militares desde tiempos de la URSS en Bielorrusia, en medio de las tensiones entre Rusia y los países occidentales sobre Ucrania y los esfuerzos diplomáticos que se llevan a cabo para desactivar la crisis. Los ejercicios terrestres y marítimos, que se prolongarán durante diez días, aumentan la presión sobre Ucrania mientras varias misivas de la OTAN y de la Unión Europea (UE) volaban hacia Moscú, que insistió en mostrar su desprecio a amenazas y ultimátums.

El Kremlin reconoció que los ejercicios “Determinación aliada-2022”, que comenzaron en la región bielorrusa de Brest, limítrofe con Ucrania y Polonia, son de gran envergadura, pero los vinculó con «las amenazas sin precedentes» a las que están sometidos ambos países.

Además, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, insistió en que las tropas volverán a sus bases tras las maniobras, algo que, afirmó, no ocurre con el despliegue de soldados y armamento de EEUU y sus aliados en Europa oriental. «Que vuelvan a sus cuarteles es lo habitual», dijo tras reunirse con su homóloga británica, Liz Truss, que demandó el repliegue ruso, en un encuentro que el ministro ruso tildó de «diálogo de sordos».

Lavrov calificó de «contraproducentes» las amenazas y ultimátums occidentales e insistió en que las relaciones «solo pueden normalizarse a través de un diálogo basado en el respeto mutuo y en pie de igualdad».

«Nada nuevo»

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, señaló que «la acumulación de tropas cerca de nuestras fronteras es un medio de presión psicológica de parte de nuestros vecinos» y sostuvo que «no hay nada nuevo. En cuanto a los riesgos, existen desde 2014», año en el que Rusia se anexionó Crimea, añadió.

Al anunciar el envío de una carta a Lavrov para invitarle a reanudar el diálogo OTAN-Rusia, el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, alertó de la magnitud de estos maniobras y resaltó que que el mundo está ante un momento «peligroso» para la seguridad europea.

El presidente francés, Emmanuel Macron, asegura que Putin le garantizó que no habría una escalada militar en la frontera con Ucrania, aunque el Kremlin niega cualquier posibilidad de acuerdo concreto con un país que no lidera la OTAN.

Desde la UE, su jefe de la diplomacia, Josep Borrell, respondió en nombre de los 27 a las cartas de Moscú recibidas por cada uno de los socios comunitarios reiterando la oferta de la UE y sus Estados miembros de continuar el diálogo con Rusia sobre las maneras de fortalecer la seguridad de todos. Lavrov dijo que a Moscú no le satisface una respuesta colectiva sobre la interpretación del principio de la indivisibilidad de la seguridad en Europa, porque no refleja los matices de las posturas nacionales.

Enmarcados en las mayores maniobras navales desde la caída de la URSS, ayer también arrancaron unos ejercicios de la Armada rusa en el mar Negro, un «pretexto» de Rusia, según Ucrania, para «bloquear» los mares Negro y de Azov y el estrecho de Kerch.

El Ejército ucraniano comenzó sus propias maniobras en todo el territorio, incluyendo el uso de drones de combates turcos y misiles antitanques entregados por Londres y Washington.

Rusia niega que tenga intención de invadir Ucrania y vincula la desescalada a los tratados que garantizan la no ampliación de la OTAN y a una retirada de facto de la Alianza en Europa del Este.