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Rusia condiciona un nuevo acuerdo nuclear con Irán que parecía próximo

La agencia nuclear de la ONU e Irán acordaron ayer en Teherán «trabajar juntos» de forma pragmática para resolver dudas sobre material fisible no declarado en suelo iraní, un entendimiento que allana el camino para salvar el pacto nuclear alcanzado en 2015 y roto por Donald Trump. Pero la exigencia de garantías a Estados Unidos por parte de Rusia podría retrasar una conclusión rápida de las negociaciones que se desarrollan desde hace once meses en Viena.


Irán y la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) aseguraron ayer que quieren resolver con un enfoque «pragmático» las cuestiones pendientes para reactivar el acuerdo sobre el programa nuclear iraní suscrito en 2015 entre Teherán y las principales potencias y del que los EEUU de Donald Trump se desmarcaron en 2018, sugiriendo que las negociaciones para salvar aquel pacto podrían estar a punto de llegar a buen puerto.

Pero el anuncio realizado en Teherán por el director general de la AIEA, Rafael Grossi, se produjo poco antes de una declaración de Rusia que exige garantías de EEUU antes de respaldar un nuevo acuerdo, lo que podría frustrar las esperanzas de una conclusión rápida.

Grossi se reunió con el ministro iraní de Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, y con el presidente de la Organización de Energía Atómica de Irán, Mohammad Eslami, en una visita crucial que era parte de los esfuerzos para salvar el acuerdo de 2015 entre Irán y EEUU, China, Estado francés, Gran Bretaña, Rusia y Alemania cuyo objetivo era evitar que Teherán adquiera la bomba atómica, algo que Irán siempre ha negado.

Aquel pacto permitió el levantamiento de las sanciones internacionales impuestas a Irán, a cambio de estrictos límites a su programa nuclear. Pero EEUU se retiró en 2018 y reimpuso sanciones a Irán. En respuesta, un año después, Teherán comenzó a incumplir el pacto y aceleró sus esfuerzos nucleares y el enriquecimiento de uranio.

Intercambio de documentos

El reto ahora es conseguir que Washington vuelva al acuerdo de 2015 y que Teherán vuelva a cumplir sus compromisos.

«Hemos decidido examinar los temas con un enfoque pragmático (...), en profundidad, pero también con la clara intención de llegar a (...) un resultado. Es un acuerdo para trabajar juntos, trabajar intensamente», declaró Grossi en una comparencia conjunta con Eslami. «Vamos a trabajar con un gran grado de profesionalidad para que nuestros expertos puedan clarificar estas importantes cuestiones», agregó.

Grossi se refería a las dudas de la AIEA acerca del origen de trazas fisibles encontradas en Irán en varios sitios que no se habían declarado como nucleares.

A este respecto, Eslami afirmó que colaborará con la AIEA con el suministro de documentos que expliquen esas trazas fisibles en los próximos meses.

«Irán y la AEIA intercambiarán documentos a más tardar en Jordad [mes iraní que comienza el 22 de mayo], para resolver estos problemas (...) como estaba previsto en las conversaciones en Viena», señaló Eslami.

El responsable de la diplomacia europea, Josep Borrell, dijo el viernes que esperaba resultados durante el fin de semana para «resucitar el acuerdo» de 2015.

Requisito ruso

Mientras desde Teherán llegaban las declaraciones optimistas sobre un acuerdo inminente, Rusia, golpeada por las sanciones tras su ofensiva militar en Ucrania, advirtió de que «hay problemas del lado ruso» y exigió garantías a EEUU.

«Hemos pedido a nuestros colegas estadounidenses garantías por escrito (...) de que las sanciones [vinculadas a la invasión rusa de Ucrania] no afectan nuestro derecho a la libre y plena cooperación comercial, económica, de inversión y técnico-militares con Irán», dijo el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov.

Según uno de los puntos principales del acuerdo de 2015 destinado a garantizar el carácter estrictamente pacífico de las actividades nucleares iraníes, Teherán transfirió toneladas de uranio enriquecido a Rusia.

Las palabras de Lavrov llegaron después de once meses de duras negociaciones en Viena y cuando todo parecía indicar que en los próximos días se podría anunciar un nuevo acuerdo.

Hossein Amir-Abdollahian, por su parte, aseguró estar listo para ir a Viena en caso de un «acuerdo final», que según él depende del «respeto total a las líneas rojas anunciadas por Irán, incluidas las garantías económicas», sin especificar cuáles son.

Las autoridades iraníes llevan dos semanas afirmando que el acuerdo «encuentra más cerca que nunca» y subrayando que todo depende de Occidente.

Los próximos días son percibidos como decisivos por las potencias occidentales firmantes, porque consideran que el acuerdo de 2015 pronto caducará al ritmo al que Irán está realizando avances nucleares y enriqueciendo uranio.

Algunos observadores creen incluso que Occidente podría abandonar la mesa de negociaciones si no se llega a un compromiso este fin de semana.