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Mujeres malienses desafían la inseguridad y los estereotipos

Según la Encuesta Demográfica y de Salud de Mali en 2018 el 49% de las mujeres de entre 15 y 49 años de edad han experimentado violencia emocional, sicológica, física y sexual en cualquier momento de sus vidas. Con motivo del Día de la Mujer, dos malienses relatan su lucha por romper estereotipos. Una es conductora de taxis, otra cámara.


Las mujeres en Mali tienen la difícil tarea de desafiar a diario la compleja situación de inseguridad que atraviesa el país, así como luchar contra los estereotipos de género. Alima Traoré y Marie Julie son dos mujeres malienses que han roto esquemas y ejercen en Bamako trabajos tradicionalmente realizados por hombres.

Traoré, madre de dos hijos, trabaja como chófer de mototaxi, una profesión raramente ejercida por las mujeres en Mali. Además de trabajar, estudia en la Facultad de Ciencias Económicas e intenta gestionar su tiempo entre las clases, su familia y su vida profesional.

Recorre con su moto las calles de Bamako desafiando, como relata a la agencia EFE, una ciudad «minada por la inseguridad, la falta de civismo y los accidentes». «Al principio mis compañeros de carrera consideraban una locura que una mujer se aventurara en la profesión de mototaxi», señala Alima, cuyos amigos y familia, añade, han ido aceptando la idea con el tiempo.

Reconoce que la situación de inseguridad y los estereotipos de género dificultan su trabajo, pero intenta adaptarse a las circunstancias. «De momento me va bien, pese a que los problemas nunca faltan por parte de los clientes. A algunos les resulta difícil aceptar ser transportados por una mujer, pero ya llegará», asegura.

Con la cámara al hombro

La misma esperanza comparte Marie Julie, divorciada y madre de un hijo de 14 años, que ejerce de cámara en la televisión nacional, otra profesión dominada por los hombres.

En un país donde una de cada tres mujeres han sufrido violencia física o sexual alguna vez en su vida (según los datos de la Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD), Marie Julie cuenta que tuvo que superar enormes obstáculos para conseguir su trabajo.

Abandonada por su familia cuando murió su madre, Marie Julie durmió en la calle: «He aguantado el hambre y la sed. Muchas veces logré escapar de agresiones e intentos de violarme. He tenido la suerte de poder superar esas dificultades. Ahora nada me impresiona», subraya.

Esta maliense consiguió estudiar en el Instituto Nacional de Artes en Bamako, fue contratada posteriormente como cámara en la televisión nacional y lleva unos años yendo a un curso de artes marciales para defenderse: «Nunca se sabe», apunta. Además de los problemas de inseguridad, reconoce que tiene que afrontar las miradas reprobatorias de los demás.

«Las mismas mujeres se sorprenden cuando ven a una mujer ejerciendo esta profesión. Me gusta hacer este trabajo junto a compañeros hombres, así demuestro que la mujer maliense puede hacer mucho y más», señala. A diferencia de las grandes ciudades donde hay una conciencia política y cierta emancipación femenina, las mujeres malienses que viven en las extensas zonas rurales parecen resignadas a su destino y sus prioridades se centran en cultivar sus tierras o sobrevivir con sus hijos a los recurrentes ataques terroristas.

Pero Marie Julie confía en que las mujeres pueden cambiar su destino: «Quiero contar mi historia en un libro o una película. Quiero que las demás mujeres sepan que podemos vivir el infierno y reencontrarnos con el paraíso», manifiesta.

Más de mil feminicidios e impunidad en México

México llega al Día de la Mujer con más de 1.000 feminicidios en 2021. María del Carmen Volante lleva desde noviembre de 2017 buscando incansablemente a su hija, Pamela Gallardo, desaparecida a los 23 años tras acudir a un festival electrónico en la Ciudad de México con amigos. «Estas autoridades a lo único que le tiran es a que las madres nos cansemos, nos enfermemos, y al final lleguemos a un estado de muerte sin encontrar a nuestras desaparecidas», se lamenta.

México suma casi 25.000 desaparecidas o no localizadas. Cada día matan a más de 10 mujeres. El año pasado se registraron oficialmente más de 1.000 feminicidios, un incremento del 2,66 % frente a 2020. La incapacidad de las autoridades se traduce en el elevado nivel de impunidad que hay en México, superior al 95% para la mayoría de crímenes. «Hay que ponerle un alto a la impunidad. Porque esta lo que hace es dar un mensaje de permisibilidad», remarca la titular del Instituto Nacional de las Mujeres, Nadine Gasman.GARA