Despertar

El escritor Paul Valéry nació en las semanas posteriores de la dolorosa derrota francesa contra Prusia, que supuso la pérdida de Alsacia y Lorena y el germen de un ansia vindicativa que llevó a París a rearmarse para una guerra que finalmente prendió en los Balcanes y que por sus dimensiones se llamó Mundial. Las condiciones impuestas por Francia a Alemania y una inflación inhumana provocada por un capitalismo sin control sembraron la semilla del rencor que llevó a Hitler al poder y a un segundo conflicto bélico aún más catastrófico y en cuya agonía murió Valéry, que dejó escrita esta cita que se viene repitiendo estas últimas semanas: «La guerra es una masacre entre personas que no se conocen, en provecho de personas que se conocen bien pero que no se masacran».

Lo que desconocía Valéry es que hay guerras y guerras. Las hay que acaparan el interés mundial, otras que no existen sino para quienes las viven, en algunas se bombardea con explosivo, en otras con hambre, pero en todas se violan derechos fundamentales aunque no pesen lo mismo en la balanza mediática. Las guerras de las que huyen los africanos que se agolpan en la muga tras sus sueños europeos apenas tienen hueco en los informativos. Si acaso, cuando alguno de ellos desaparece en el Bidasoa. Parafraseando otra cita de Valéry, la mejor manera de salir de esta pesadilla es despertar.