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«Susurra en voz baja...»


A pesar del aluvión de sanciones con las que se golpeó a la economía de Rusia al comienzo de la operación militar rusa en Ucrania, parece que la economía de Occidente se está llevando la peor parte de esas sanciones, en vez de la que era su objetivo previsto.

El viernes el Banco Central de Rusia recortó las tasas de interés en un 3% (del 20 al 17%). Y, aunque la actividad económica general en Rusia ha disminuido, la producción industrial aumentó un 4,5% en marzo. El primer ministro ruso declaró que esperaba que los problemas en las líneas de suministro causados por las sanciones se resolvieran en los próximos 6 a 12 meses. La inflación está en 14,7%, pero el Banco Central (CBR) sugirió que lo peor de este impulso inflacionario ya había pasado; los depósitos bancarios estaban creciendo y la estabilidad financiera estaba regresando.

Incluso el “Financial Times” de Londres observa señales de que el «sector financiero de Rusia se está recuperando después del bombardeo inicial de las sanciones». Y las ventas de petróleo y gas de Rusia, más de 1.000 millones de dólares diarios en marzo, muestran que continúa acumulando ganancias extranjeras que ayudarán a compensar las reservas incautadas por Occidente. Tal como están las cosas (es decir, salvo una prohibición total de importación de energía de la UE), Rusia debería poder reemplazar esas reservas incautadas en poco tiempo.

El sector bancario nacional también parece haberse estabilizado. La necesidad de usar la liquidez del CBR se ha desvanecido drásticamente y el sector de la banca comercial en su conjunto pronto podría terminar teniendo un excedente de depósitos en el CBR, señala “Financial Times”, citando el análisis del Instituto de Finanzas Internacionales.

Entonces, en contradicción con la expectativa del G7 de que las sanciones occidentales colapsarían la economía rusa, FT señala: «Susurra en voz baja... El sistema financiero de Rusia parece estar recuperándose del impacto inicial de las sanciones».

Irónicamente, las perspectivas de Rusia en algunos aspectos parecen mejores que las de Occidente. Al igual que Rusia, Europa ya tiene, o pronto tendrá, una inflación de dos dígitos. La gran diferencia es que la inflación rusa está cayendo, mientras que la de Europa se está disparando (especialmente los precios de los alimentos y la energía), hasta el punto de que es probable que estos aumentos de precios provoquen indignación y protestas populares.

Bueno... habiendo entendido mal (la crisis política se recetó para Rusia, no para las protestas en Europa), los Estados de la UE parecen decididos a redoblar sus esfuerzos: «Si Rusia no se ha derrumbado» como se esperaba, entonces Europa debe ir «a por todas»: simplemente despojándoles de todo: que no entren barcos rusos en los puertos de la UE, que no haya camiones que crucen las fronteras de la UE, ni carbón, ni gas, ni petróleo. «Ni un euro para Rusia», es el grito.

A primera vista, esto sería una «locura». Teniendo en cuenta las previsiones de los expertos, no hay forma de que Europa reemplace la energía rusa con otras fuentes en el próximo año, ni de Estados Unidos, ni de Catar, ni de Noruega. Pero los líderes europeos, consumidos por un frenesí de indignación por la avalancha de imágenes de «atrocidades» en Ucrania y la sensación de que el «mundo liberal» debe evitar a toda costa perder en el conflicto de Ucrania, parece dispuesto a ir «a por todas».

Los mayores costes de energía, implícitos en la exclusión de la energía rusa, simplemente destriparán lo que queda de la competitividad de la UE, ¡pero qué diablos! ¡Zelenski! ¡Ucrania!

Charles Moore, (editor de larga experiencia en los principales periódicos británicos y de la revista “The Spectator”) escribió: «Si Rusia gana, esto significa no solo la destrucción y esclavización de Ucrania, sino también el derrocamiento del orden mundial por algo infinitamente más cruel: una alianza profana… De esto se deduce que Ucrania debe ganar, no solo para asegurar sus derechos nacionales, sino por el bien de todos nosotros. Sé que Ucrania no está en la OTAN, pero el ataque de Rusia a ese país equivale definitivamente a un ataque a todos».

«Susúrralo en voz baja»: la UE tiene la altiva convicción de que es el monopsonio que nunca se puede ignorar. La UE es un mercado de 400 millones; es el mercado. Y el monopsonio (lo opuesto a un monopolio) es una estructura de mercado en la que un solo comprador (es decir, la UE) puede controlar el mundo simplemente mediante la exclusión de terceros de su mercado. Los burócratas de Bruselas lo creen. Así es como piensan que derribarán a Rusia y salvarán «nuestra democracia».

Pero, como explica Alexey Gromov, director jefe de Energía del Instituto de Energía y Finanzas de Moscú: «Rusia ya ha cambiado las cadenas logísticas de suministro hacia Asia». Y eso también se aplica al gas y al petróleo: «Pueden imponer sanciones si hay un excedente en el mercado. Pero ahora hay una escasez de, al menos, 1,5 millones de barriles de petróleo al día. Enviaremos nuestros suministros a Asia, con un descuento».

Entonces, ¿por qué Bruselas está tan convencida de que puede eliminar la energía rusa y sobrevivir sin disturbios en las calles europeas con precios de alimentos y calefacción hiperinflacionarios? Su pensamiento es un juicio panglosiano. Creen que la UE puede sobrevivir a una escasez de energía durante el verano y luego en otoño un nuevo «régimen» asumirá el poder en Rusia a raíz de la «debacle en Ucrania» de Putin (de la que están convencidos). Y ese nuevo régimen estará encantado de vender energía a Europa a precios reducidos, durante el tiempo suficiente para permitir que la UE se destete de la energía rusa para siempre. Fin de la historia (eso parecen creer).

Pero, dígalo en voz baja: cuanto más execra Occidente a Rusia en Ucrania y más exhibe su odio hacia el presidente Putin, más decididos están los rusos a perseverar en Ucrania y a apoyar plenamente a Putin. Cuanto más sancione la UE a Rusia, más se favorecerá en Rusia el sentimiento de privar a Europa de esa miríada de productos básicos (desconocemos que la mayoría de ellos son suministrados por Rusia) de los que dependen los europeos, pero nunca lo supieron.

El artículo se publica con la autorización del autor.