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Rusia admite que la ayuda occidental a Kiev frena sus planes

Rusia reconoce que la ayuda militar y de Inteligencia que EEUU y sus aliados están proporcionando a Ucrania está frenando sus planes en la ofensiva en Ucrania. Según fuentes estadounidenses, esta información habría servido para matar a varios generales rusos. Frenar el fuerte apoyo militar a Kiev se ha convertido en otro objetivo para Moscú.


La ayuda militar y de Inteligencia de Occidente a Ucrania está impidiendo que Rusia complete rápidamente su ofensiva según sus planes, reconoce Moscú. «Estados Unidos, Reino Unido, la OTAN en su conjunto, comparten constantemente datos de Inteligencia con las fuerzas armadas ucranianas. Combinadas con el suministro de armas (...), estas acciones no permiten completar rápidamente la operación», admitió el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.

&dcTwo;&dcTwo;Replicaba así a fuentes anónimas de los servicios de Inteligencia estadounidenses que subrayan, según “The New York Times”, que la información que EEUU facilita al Ejército ucraniano ha permitido matar a varios generales rusos cerca del frente.

Las autoridades ucranianas dicen haber eliminado a unos doce generales rusos que participaban en la invasión.

Peskov señaló que estas acciones occidentales «sin embargo, no pueden impedir» que se cumplan los objetivos de la ofensiva rusa en Ucrania.

Este apoyo estadounidense ha ayudado a anticipar los movimientos de las tropas rusas o localizar sus cuarteles generales móviles. Aun así las fuentes de “The New York Times” sostienen que el Gobierno de Joe Biden no proporciona información de Inteligencia sobre los líderes rusos de más alto rango y que mantiene en secreto los datos que proporciona a Ucrania sobre el teatro de operaciones, por temor a que exponer su implicación abiertamente provoque una respuesta rusa.

El fuerte rearme por parte de Occidente es cada vez más sofisticado y se ha convertido en el objetivo de la ofensiva rusa, que ha aumentado sus ataques sobre infraestructuras eléctricas y ferroviarias en Ucrania para cortar este flujo de arsenal.

Junto al entrenamiento en su manejo que llevan a cabo los estados occidentales, puede comprometer el avance ruso en el Donbass, donde los ataques en Kramatorsk, Sumy o Adviivka dejaron ayer al menos dos muertos, según fuentes ucranianas, que además dijeron haber recuperado el control de varias localidades en el sur.

Mientras, en la acería Azovstal, Rusia anunció la apertura de un corredor humanitario. El presidente ruso, Vladimir Putin, comunicó que el Ejército está listo para garantizar una evacuación segura de los civiles que permanecen en la planta, en una entrevista con el primer ministro de Israel, Naftali Bennett. En cuanto a los militares ucranianos que permanecen en la acería, insistió en que las autoridades de Kiev deberían darles la orden de deponer las armas.

Un convoy de la ONU se dirigía hacia Mariupol para intentar otra evacuación de civiles.

Según el Kremlin, no hay ningún asalto en curso en Azovstal, y se mantiene la orden de asediar el lugar para forzar la rendición de las unidades ucranianas.

Por otro lado, Moscú anunció un simulacro de lanzamiento de misiles nucleares desde Kaliningrado, en el Báltico. Las fuerzas de disuasión rusas están en alerta desde febrero en respuesta al refuerzo de la OTAN en la zona, pero el presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, señaló que la doctrina militar rusa prevé el uso de armamento nuclear «solo como respuesta» a un ataque similar.

Detención de un bloguero a petición del SBU ucraniano

La Audiencia Nacional española puso en libertad provisional al bloguero ucraniano Anatoli Shariy, reclamado por las autoridades de su país por delitos de alta traición e incitación al odio. Los servicios secretos de Kiev (SBU) le atribuyen actuar «en nombre de estructuras extranjeras» por su actividad en Youtube, donde le siguen casi 2,5 millones de suscriptores y denuncia la corrupción de su país. Shariy fue detenido en Tarragona en un caso paralelo al de Pablo González, encarcelado hace más de dos meses en Polonia acusado de espionaje y al que también hostigaron el SBU ucraniano y el CNI español por su actividad como periodista. En el caso de Shariy, aunque la Policía española lo detuvo siguiendo la petición del SBU, el juez descartó la prisión, pero le retiró pasaporte y le prohibió salir del Estado, a la espera de que Kiev pida la extradición. El también periodista alertó en julio de que le habían localizado grupos neonazis y temía ser extraditado. GARA