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SEGUNDA

El Eibar se queda sin fútbol, sin puntos y sin ascenso

Un gol del farolillo rojo en el descuento castiga el pésimo partido de los azulgranas, que acaban en latercera plaza y tendrán que intentar el regreso a Primera en el play-off que arranca el jueves.


ALCORCÓN 1

EIBAR 0


El Eibar es de Segunda. Ha ocupado posiciones de ascenso durante 28 semanas, de forma ininterrumpida desde la 24ª jornada... hasta el último minuto de la 42ª, la única que importa. Lo tenía todo a su favor para convertir Santo Domingo en una fiesta pero firmó un partido horrible, castigado con el gol de Zarfino en el descuento, y regaló un ascenso que disfrutan Valladolid y, sin haber pasado del empate en Butarque, Almería.

Sólo en el arranque del partido pareció el Eibar capaz de llevarse el partido. Un córner, una falta y otro par de llegadas convencieron al millar largo de aficionados que le acompaban en las gradas de que el ascenso estaba en su bolsillo. La sensación duró más de cinco minutos por las noticias que llegaban de Zorrilla y Leganés pero no por lo que se veía en Santo Domingo, donde el Eibar se diluyó rápidamente. Bien porque se vio superado por la presión, bien porque al no arrancar tampoco Valladolid y Almería, prefirió especular que lanzarse a por una victoria que le aseguraba el ascenso sin depender de nadie más, apenas volvió a acercarse a la portería de Jesús Ruiz en toda la primera parte en un par de ocasiones sin demasiada sustancia. Peor aún, el Alcorcón le dio un buen susto y, peor todavía, ni siquiera así reaccionó el equipo.

La entrada de Atienza por Rahmani en el descanso no le cambió la cara al partido y a duras penas lo hizo la de Llorente poco después. Cada vez más atenazado por el miedo, el Eibar seguía sin fabricar juego, apenas generaba peligro en el área local y, aunque tampoco abundaba en la visitante, un par de contras del Alcorcón por la derecha avanzaron lo que acabaría pasando. Con el noventa recién cumplido, Hugo Fraile aprovechó un error de Toño para centrar el balón que Zarfino convirtió en la sentencia, literalmente, de los eibarreses.

Duro pero justo castigo al pésimo partido de un equipo que está obligado a levantarse porque el jueves se mide al Girona, al que recibirá tres días después, para disputar la primera eliminatoria del play-off, su última bala para el ascenso.