Jon ORMAZABAL
PELOTA

«Yo voy a seguir siendo así»

Agradecido a todos los que le han apoyado, sobre todo en los peores momentos, Unai Laso amaneció como campeón manomanistaconvencido en que no debe dejarse llevar por la euforia y que seguir con su cotidianidad es el camino a seguir de cara al futuro.

Con signos evidentes, en rostro y voz, de que la celebración había sido larga, pero con una sonrisa que delataba su estado de máxima felicidad, Unai Laso atendió ayer a los medios en su primer día como campeón manomanista, pocas horas antes de tomar un avión que lo llevó a Grecia, acompañado de otros pelotaris como Jon Mariezkurrena, Asier Agirre o Mikel Larunbe, donde poder recuperar fuerzas tras un año vertiginoso y antes de un verano que se antoja lleno de compromisos, como corresponde al cargo que acaba de estrenar.

Como si se tratara del guión de una de esas películas de sobremesa, la vida del delantero de Bizkarreta-Gerendiain ha dado varios giros inesperados en apenas dos años y todo lo vivido, esa experiencia que lo ha perfilado como pelotari, lo hace ser cauto de cara a lo que puede venir. «Ha sido la primera txapela, me he podido sacar esa espinita que tenía dentro y ahora toca disfrutar, pero pronto tocará volver a entrenar, a seguir mi rutina habitual igual-igual y así me volverán a salir las cosas», apuntó. Al margen de su extraordinario juego, su chispa y naturalidad le ha hecho meterse al público en el bolsillo y tiene claro que, «yo soy así y lo voy a seguir siendo siempre». De momento, por mucho que el cuerpo no estuviera ayer en su momento óptimo, la chispa la sigue manteniendo y preguntado por lo que le pide ahora mismo, soltó uno de esos ganchos con los que acostumbra a desbordar a sus rivales. «Lo que me pide es que os vayáis todos, echar un café y desayunar a gusto», espetó con ironía.

«La verdad es que claro que te pones contento, pero hay que terne los pies en la tierra, hay que saber controlar la euforia y, si llega a venir otra derrota, también hay que estar preparado. Me lo tomo así, una txapela grandísima, que todos queremos desde pequeños, pero también hay que saber controlar esa euforia y estar tranquilo», incidió preguntado por lo que supone la txapela en su trayectoria.

 

La cabeza, entrenada

Y no es mal leitmotiv, pues gestionar esta montaña rusa de sensaciones por las que está pasando en tan poco tiempo y estabilizarse, tanto física como emocionalmente es probablemente el mayor reto al que se enfrenta en una trayectoria que apunta muy alto. De momento, cuenta con un aval importantísimo, el de haber salido tan reforzado de una situación tan crítica como la de verse fuera del cuadro profesional de Baiko, cuando ya era su pelotari más determinante.

«Es un proceso largo, cuando me quedé fuera no me hice la víctima, estuve entrenando todos los días igual que si estuviese en profesionales y luego mentalmente también entrenar la cabeza, porque es muy importante para el deporte. Ahora lo que toca es disfrutar», apuntó.

Y es que, en estos once meses desde su vuelta ha dado «un golpe en la mesa», ha hablado mucho en la cancha y nada fuera de ella por mucho que los micros lo hayan perseguido allá donde fuera. Y ahora toca vestir de rojo, las felicitaciones, los halagos y hasta una mejora de contrato a la altura de su rendimiento, situaciones no siempre sencillas de digerir.

Pero también es tiempo de ser agradecido y Unai Laso no desperdició la oportunidad de agradecer su apoyo a todos los que se lo han ofrecido, «sobre todo cuando estuve fuera». Hay quienes pueden echar algún pronunciamiento más explícito respecto a los compañeros de huelga, pero en Grecia o entre los asistentes a la celebración ya ha habido pistas.