Sólo cuatro días después de llevarse uno de los mayores golpes en la historia del club, el Eibar revivió, ganó y se reconcilió con una afición disgustadísima por lo sucedido en Santo Domingo, en ambos casos más incluso por las formas que por el fondo. El resultado es que los armeros lo tienen todo a su favor para superar la primera eliminatoria del play-off en un Ipurua (18.30, Movistar+) que volverá a estar lleno y deseoso de acompañar a los suyos.

«La eliminatoria está muy igualada pese a tener una pequeña ventaja», advierte Gaizka Garitano pero, aunque la precaución siempre es recomendable, la ventaja de su equipo no es precisamente nimia. Al 0-1 de Montilivi se le une la norma que permite pasar adelante al equipo que haya acabado mejor clasificado en caso de empate y como los goles tienen el mismo valor en casa y a domicilio, el Girona debe ganar por al menos dos de diferencia para superar a los azulgranas. Y debe hacerlo, además, en el campo más complicado de Segunda. No ha habido esta temporada un anfitrión más poderoso que el Eibar, que sólo ha caído en su campo ante Ponferradina y Valladolid y que ha sumado el 75% de los puntos que ha disputado.

Insiste Garitano, en cualquier caso, en que quedan noventa minutos para superar esta eliminatoria, con un buen rival delante y que el golazo de Aketxe no supone una ventaja suficiente como para darla por ganada, ni siquiera para especular con el marcador. «No puedes empezar un partido pensando que tienes un gol de ventaja, lo tomamos como un partido de liga en el que saldremos a ganar –asegura–. Tendremos que defender bien e ir a ganar, sin pensar en el resultado de la ida porque un gol de ventaja no es nada. Sólo dimos un pequeño paso».

El técnico pierde a Tejero, expulsado en Montilivi con dos amarillas consecutivas justo antes del descanso, y cuya baja se une a la de los lesionados Javi Muñoz, Franchu y Sielva. Salvo sorpresa, Toño regresará al once para suplir al madrileño.

Es previsible que haya más novedades porque será el tercer partido en ocho días y los armeros tuvieron que realizar un esfuerzo tremendo en Girona.