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NUEVA ERA EN EL CLUB ROJIBLANCO

Retos para un nuevo «zeitgeist» en el Athletic

La incontestable victoria electoral de Jon Uriarte y su equipo en las elecciones ha abierto una etapa de renovación en el Athletic. El apoyo cosechado en las urnas confirma un cambio de tendencia claro en los paradigmas que han rodeado al conjunto rojiblanco durante las últimas décadas. Hablando en términos Hegelianos, se ha impuesto un nuevo «zeitgeist» -espíritu del tiempo- alrededor del club.

(Monika DEL VALLE FOKU)

Su proyecto, por encima de elementos tangibles, ha calado basándose en una idea de cambio, creando de una expectativa diferenciadora centrada en la modernización y transformación del club. Esto ha generado un gran movimiento de apoyo. A ojos de las y los socios, ha superado con creces a algunos elementos inconsistentes, incoherentes e intempestivos que han mostrado en campaña, y al efecto Bielsa, entre otras cuestiones. Asimismo, han sabido proyectarse de manera casi hegemónica en las redes sociales, donde no ha faltado un grado evidente de toxicidad, al haber sido capaces de generar comunidad, conversación e interacción.

Las otras dos candidaturas se han encontrado con un obstáculo insalvable, estar vinculados a instituciones que padecen una profunda crisis de representatividad social. Mucha gente quería un cambio, lo que ahora merece un crédito, temporal y emocional.

LAS ELECCIONES HAN SUPUESTO UNA IMPUGNACIÓN

a los grandes pilares tradicionales del herrialde: los partidos, los políticos y los medios de comunicación. Los síntomas de dicha crisis de representatividad se vienen haciendo visibles mediante la caída de la participación en los comicios políticos, con especial incidencia en el área metropolitana de Bilbo, o con la valoración que hace buena parte de la ciudadanía sobre los mismos.

En el caso de la entidad de Ibaigane, además, la impugnación se ha extendido también a la junta saliente, los miembros de anteriores directivas o exjugadores y evoca el final de la sociología tradicional del antiguo San Mamés. Los nuevos ejes, ansías e ilusiones han conectado de forma transversal a socios de todas las edades y percepciones. Como diría Bob Dylan, «los tiempos cambían». Y, de momento, «la respuesta está en el viento».

Por de pronto, la nueva junta liderada por Jon Uriarte se va a encontrar varios desafíos inmediatos. Después de tomar posesión, tendrá que pasar revista y aterrizar para ver, como resumiría Kortatu, «el estado de las cosas» y de la caja en la entidad. En lo deportivo, habrá que cerrar el organigrama; el haber ganado las elecciones, probablemente, permitirá al equipo de Uriarte encontrar un perfil más alto que el inicialmente previsto para el director deportivo o CEO; habrá que abordar la situación de Ander Capa y encarar la renovación de Iñigo Martínez , además de concretar el retorno de Gorka Guruzeta y definir qué jugadores del filial harán la pretemporada con el primer equipo. Después, llegará el turno de renovaciones con Villalibre, Zarraga, Sancet, Williams Jr y Nico Serrano.

Los leones tratarán de combinar estilos musicales y futbolísticos. Reparando en el libreto táctico y en la lista de reproducciones de Ernesto Valverde, se puede intuir que club oscilará entre «walk side on the wild» de Lou Reed y el «joan soseguz» de Ruper Ordorika. Tras cinco años sin entrar en Europa, la necesidad de reforzar el equipo en un mercado complejo y caro, sigue ahí. El club deberá plantearse casos como el del labortano Johaneko Louis-Jean, internacional sub18 con la selección gala y darle una vuelta al tema de Jon Moncayola, un jugador del gusto de Valverde. El debate sobre «endeudarse» o no carece de gran recorrido una vez acabados los comicios.

EN LO QUE RESPECTA AL EQUIPO FEMENINO,

la primera necesidad sería ampliar los contratos de Ane Azkona, Irene Ogiza, Oihane Hernández y Oihane Valdezate. Asimismo, debería plantearse el fichaje de Nahikari García e intentar garantizarse el retorno de Irene Paredes, ahora o en junio de 2023. En ambos casos, parafraseando a Karmele Jaio, sería «música en el aire» para el club. Repensar el área social y la Fundación son otras dos tareas apuntadas en rojo.

El reto de Jon Uriarte y su equipo, ahora, es mayúsculo, ya que deberán responder a unas expectativas gigantes en la era de la inmediatez, con tiempo y paciencia.

Aprovechando la celebración oficial de los 125 años de la historia del club en 2023, además de la implementación de todos los proyectos necesarios relacionados con la tecnología o la digitalización y la implementación de nuevos proyectos acordes al siglo XXI, será más necesario que nunca apoyarse en convicciones firmes, valores sólidos, espíritu comunitario y efectuar una gran labor pedagógica sobre el papel que debe jugar el club en la sociedad actual como en el contexto futbolístico global.

La era de Jon Uriarte ha comenzado conectando con el nuevo zeitgeist rojiblanco, goza de un gran apoyo social en sus inicios y necesita tiempo para poder desarrollarse. Es tiempo de cambio, pero volviendo a apelar a Ruper Ordorika, también debe de ser un momento de cohesión y en el que, pese a las dificultades, apelemos a lo que nos une, a aquello que durante casi 125 años ha permitido un viaje maravilloso: «Zaindu maite duzun hori».