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La dimisión de los ministros de Salud y Economía, una estocada a Johnson

La renuncia por sorpresa de los ministros de Economía, Rishi Sunak, y de Sanidad, Sajid Javid, dos de los políticos más cercanos a Boris Johnson, por «pérdida de confianza» puede suponer el golpe de gracia al primer ministro británico. A ella se sumaron las de varios miembros de su partido, como la del vicepresidente, Bin Afolami.

Sajid Javid, Boris Johnson y Rishi Sunak, durante una sesión en el Parlamento el pasado 7 de septiembre. (Jessica TAYLOR | AFP)

El Gobierno de Boris Johnson se desangra desde hace meses en una hemorragia que hasta ahora no ha hecho caer al primer ministro, pero la salida de dos de los rostros más conocidos de su equipo y dos de sus políticos de confianza, los ministros de Economía -tercero en importancia-, Rishi Sunak, y de Salud, Sajid Javid, le puede resultar más difícil de sortear que anteriores contratiempos.

La marcha de estos dos pesos pesados del Ejecutivo británico debilita a Johnson, asediado por múltiples escánda- los y, si se producen más salidas, podría caer el Gobierno.

A estas renuncias se sumaron las de siete miembros del Partido Conservador, entre ellos el vicepresidente, Bin Afolami, y otras voces tories autorizadas, como la del exnegociador del Brexit David Frost, también demandaron la marcha del premier, que se encuentra en un momento de debilidad extrema.

Sin embargo, el grupúsculo de sus mayores fieles -la ministra de Exteriores, Liz Truss, el de Defensa, Ben Wallace, el vice primer ministro, Dominic Raab, o las titulares del Interior, Priti Patel, y Cultura, Nadine Dorries- anunciaron que no piensan abandonarlo.

Después del escándalo de las fiestas en Downing Street durante la pandemia y tras la moción de confianza interna a la que sobrevivió hace menos de un mes, pero que evidenció que el 41% de sus propios diputados ya no confían en él, parece que ha sido el caso del diputado Chris Pincher la gota que ha colmado el vaso.

Nueva polémica.

Las renuncias llegaron en otro día de polémicas para Johnson, quien tuvo que disculparse por haber designado como responsable de disciplina del grupo parlamentario tory a Pincher pese a saber que se le había investigado por conducta sexual inapropiada.

Aunque Downing Street trató inicialmente de desvincular a Johnson de lo sucedido con Pincher, quien dimitió la semana pasada por haber realizado tocamientos no deseados a varios hombres en una reunión social, finalmente Johnson tuvo que admitir que ya conocía que había cometido esos actos en el pasado.

En su carta de dimisión, Sunak escribió que los británicos «esperan con razón que el Gobierno se comporte de forma adecuada, competente y seria». «Creo que merece la pena luchar por esos estándares, y por eso renuncio», explicó. Según dijo, Johnson no estaba dispuesto a tomar «decisiones difíciles» en la economía.

También se mostró duro en su renuncia Javid, quien en su día ya aspiró a liderar el Partido Conservador. Señaló que el deterioro de los valores conservadores en el Ejecutivo de Johnson «no cambiará bajo su liderazgo, y por tanto ha perdido también mi confianza».

El líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, aseguró que el Gobierno de Johnson «se está derrumbando» tras la dimisión de los ministros, a los que consideró «cómplices» de Johnson «a cada paso, según deshonraba su cargo y defraudaba al país».

Sturgeon y Johnson hablan sobre el plebiscito de Escocia

El primer ministro británico, Boris Johnson, confirmó a la minstra principal escocesa, Nicola Sturgeon, que analizará y responderá «a su debido tiempo» a su propuesta para celebrar un segundo referéndum de independencia. Ambos abordaron la cuestión el lunes por la noche en una conversación telefónica.

Sturgeon escribió la semana pasada al premier británico para negociar los términos de la denominada Orden 30 del Acta de Escocia (1998), que transfiere temporalmente el poder para celebrar un referéndum del Parlamento de Westminster al de Holyrood.

Según Londres, Johnson evaluará la propuesta, aunque insiste que no es el momento para convocar un plebiscito de independencia, para cuya celebración se ha propuesto la fecha del 19 de octubre de 2023.

Si el Gobierno británico no da su visto bueno, Sturgeon no descarta recurrir a las vías judicial y electoral para forzar la consulta.GARA