Jumbo elige ganar con Laporte

Wout van Aert renunció a disputar la victoria y dio al corredor que pidió fichar esta temporada para que le ayudara en las clásicas la opción de estrenar su palmarés en una gran vuelta. Las importantes diferencias restan emoción a la crono de 40,7 kilómetros.

Mientras doce de los veintidós equipos participantes en el Tour buscaban ayer su última opción de lograr una victoria de etapa, el Jumbo se permitió el lujo, como la víspera en Hautacam, de elegir con quién quería ganar. Wout van Aert, el gran favorito en un final de fuerza, dio a Christophe Laporte la oportunidad de llevarse la antepenúltima etapa entre Castelnau-Magnoac y Cahors, de 188.3 kilómetros, tras sorprender a los sprinters con un ataque a 1.600 metros de la meta que le permitió ganar en solitario por delante de Jasper Philipsen (Alpecin).

La superioridad del Jumbo es insultante en este Tour. Ya decidió buscar el día anterior la victoria con Vingegaard cuando la tenía asegurada en la escapada porque Wout van Aert era el más fuerte y ayer el flamenco no pretendió cobrarse esa decisión. Todo lo contrario. Quiso llevar a Jonas Vingegaard en las dos primeras plazas del pelotón en las rotondas de los últimos siete kilómetros para evitar cualquier caída, entre otras cosas, porque también es el favorito para ganar hoy en la crono y mañana en el sprint en París.

Christophe Laporte lograba así a los 29 años su primera victoria en una grande y la quinta del Jumbo en este Tour tras dar un salto de calidad esta temporada al dejar el Cofidis. El flamenco y su equipo le recompensaron por su gran trabajo durante todo el año, aunque también le dejaron ganar la primera etapa de París Niza en otra de las exhibiciones del jumbo con su triplete con Van Aert y Roglic.

Tras su mejor triunfo agradecía que «el equipo me ha dado confianza, me ha dicho Wout que la etapa era para mí. Podía haber disputado él la victoria, pero teníamos el objetivo de asegurar la entrada en los tres últimos kilómetros con Jonas. Yo estaba satisfecho con mi trabajo y con los éxitos logrados por el equipo en este Tour, pero Wout me ha dado la oportunidad y me he lanzado por delante en los últimos kilómetros. Es increíble».

UN GRUPO DE 28 CICLISTAS.

Laporte fue el más fuerte de un grupo de solo 28 corredores porque la etapa se volvió a disputar a toda velocidad con dos fugas de nivel sin que los equipos de los sprinters tuvieron fuerzas para anularlas y preparar la llegada. Primero se escaparon Mohoric (Bahrain), Honoré (Quick Step), Van der Hoorn (Intermarché) y Simmons (Trek) y, tras ser atrapado el norteamericano, saltaron Gougeard (B&B), Wright (Bahrain) y Stuyven (Trek).

Llegaron en cabeza a los últimos 1.500 metros y entonces salió del primer grupo Laporte para alcanzarlos y después arrancó sin que nadie pudiera evitar su victoria. Tadej Pogacar, que se movió entre las dos escapadas, se metió en el sprint e hizo quinto. En un principio le picaron cinco segundos de ventaja sobre Vingegaard al cortarse el grupo, pero los jueces al final dieron el mismo tiempo a los 28 primeros. El esloveno afrontará la crono con una desventaja de 3:26 insalvable, aunque dejó abierta la puerta al milagro: «No espero una sorpresa enorme, pero nunca se sabe...».

En La Planche des Belles Filles partía en 2020 con una diferencia de solo 57 segundos con Roglic. Hoy parece imposible repetir la historia en una crono entre Lacapelle-Marival y Rocamadour, de 40,7 kilómetros, a la que se llega solo con el quinto puesto en juego por las grandes diferencias marcadas tras un Tour tan duro.