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Sospechas de sabotaje sobre los gasoductos Nord Stream

Dinamarca, Suecia, Noruega, Polonia o Ucrania expresaron su convicción de que las fugas en los gasoductos Nord Stream precedidas de explosiones se debieron a un sabotaje contra una infraestructura que representa el vínculo en el sector energético entre Rusia y el resto de Europa y que ha estado en el centro de disputas geopolíticas.

Las fugas provocaron grandes burbujas de gas que salieron a la superficie. (MINISTERIO DANÉS DE DEFENSA | AFP)

Los gasoductos Nord Stream que unen Rusia con Alemania se vieron afectados por espectaculares fugas tras varias explosiones detectadas en distintos puntos del mar Báltico, lo que extendió fuertes sospechas de un posible sabotaje.

El gasoducto Nord Stream 2 fue la primera víctima de una fuerte caída de presión el lunes, seguido unas horas más tarde por Nord Stream 1, que sigue una ruta casi paralela bajo el Báltico.

Dinamarca y Suecia confirmaron la existencia de tres fugas en las dos tuberías. Extensiones de burbujas de hasta un kilómetro de diámetro frente a la isla danesa de Bornholm lo confirmaban, mientras los institutos sísmicos noruego y sueco informaron de que las fugas fueron precedidas de explosiones. Todo apuntaba al sabotaje.

Una de las fugas de Nord Stream 1 ocurrió en la zona económica exclusiva de Dinamarca; la otra, en Suecia.

Pulso geopolítico

Objetos de pulso geopolítico en los últimos meses, los dos oleoductos operados por un consorcio dependiente del gigante ruso Gazprom no están operativos, pero ambos todavía estaban llenos de gas.

El Nord Stream 2 estaba destinado a duplicar la capacidad de importación de gas ruso a Alemania. Pero cuando su puesta en marcha era inminente fue suspendida por Berlín, en represalia por la invasión de Ucrania por parte de Moscú.

Posteriormente, Gazprom redujo gradualmente los volúmenes de gas entregados por Nord Stream 1 hasta que el gasoducto se cerró por completo a finales de agosto, y culpó a las sanciones occidentales por retrasar las reparaciones necesarias en el gasoducto.

Sabotaje

El operador del oleoducto, el consorcio Nord Stream, reconoció que «un incidente en el que tres tuberías experimentan simultáneamente dificultades el mismo día no es normal».

Para la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, «es difícil imaginar que sea accidental», y no se debe excluir el sabotaje. Igualmente, la primera ministra sueca en funciones, Magdalena Andersson, concluyó «que se trata probablemente de un acto intencionado; es decir, se trata probablemente de un sabotaje« Noruega también apuntó esta hipótesis. «Según la información que hemos visto hasta ahora, mucho indica a actos de sabotaje», afirmó su ministro de Energía, Terje Aasland.

El Kremlin expresó su extremada preocupación y no descartó ninguna hipótesis, incluida la del sabotaje.

El Gobierno ucraniano se apresuró en responsabilizar a Moscú de «un ataque terrorista planeado por Rusia» para «desestabilizar la situación económica en Europa y sembrar el pánico antes del invierno», y aprovechó para insistir en reclamar más armamento: «La mejor respuesta a un tirano (...) son los tanques para Ucrania».

Por su parte, EEUU evitó especular sobre la causa de las averías y ofreció su ayuda a sus aliados europeos. Washington presionó en su día a la UE para evitar la entrada en funcionamiento del Nord Stream II y cortar su conexión energética con Rusia, y el propio presidente, Joe Biden, se comprometió con ese fin.

Polonia también apuntó al sabotaje y a Moscú, aunque varios tuits de su exministro de Exteriores, Radek Sikorski, europarlamentario y presidente de la delegación UE-EEUU, señalaban a su socio. «Gracias, EEUU», escribió junto a una foto de la fuga de gas. En otro, reprodujo las amenazas de Biden sobre el gasoducto.

Nuevo gasoducto

El incidente coincidió con la inauguración del Baltic Pipe, un nuevo gasoducto que une Noruega con Polonia y pasa por Dinamarca, en la que participaron la primera ministra danesa y su homólogo polaco, Mateusz Morawiecki, quien lo presentó como «el fin de la era de la dominación rusa en el área del gas» y «todo lo contrario» a los Nord Stream.

Golpe a largo plazo a los flujos energéticos de gas ruso

Toda vez que los gasoductos estaban fuera de funcionamiento, las explosiones no afectan a corto plazo al suministro europeo, aunque el precio del gas natural para entrega el próximo mes se disparó un 19%. Pero a largo plazo, pueden dar la puntilla definitiva a los flujos energéticos de gas ruso hacia Europa. «Antes la reanudación de las entregas a través de Nord Stream era improbable. Ahora se ha vuelto imposible», resume Johan Lilliestam, del Instituto de Desarrollo Sostenible de Postdam. Reconstruir los tubos que se han llenado de agua supone grandes sumas de dinero que los Estados europeos están lejos de querer gastar para restablecer la conexión con Rusia. Para Europa, con todo, supone un serio aviso de la vulnerabilidad de sus suministros. Y para el medio ambiente, tendrá graves consecuencias por la emisión de metano a la atmósfera y más limitadas en la fauna y flora marítimas. GARA