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RECHAZO DE LA CORTE SUPREMA BRITÁNICA AL REFERÉNDUM SOBRE INDEPENDENCIA

Las seis W aplicadas a Escocia

Para entender la situación en la que queda Escocia tras la negativa de la Corte Suprema a validar la legislación para un referéndum consultivo merece la pena repasarlas las 5W, una especie de guía para saber cómo organizar una información. Una de las primeras lecciones de la facultad de Periodismo,

(Andy BUCHANAN | AFP)

Para entender la situación en la que queda Escocia tras la negativa de la Corte Suprema a validar la legislación para un referéndum consultivo merece la pena repasar el qué, quién, cuándo, dónde y el cómo.

Qué

El mensaje fue rotundo. Escocia no puede organizar un referéndum sobre la independencia. El tribunal fue más allá de los aspectos legales y asumió que un segundo referéndum de independencia tendría un impacto en el mundo real que justifica no celebrarlo.

Escocia encadena una década de mayorías independentistas de forma constante. En todas ellas con mandatos a favor de un nuevo referéndum de independencia. Sin embargo, la Ley de Escocia de 1998 reserva los temas relacionados con la unión de Reino Unido al Parlamento de Westminster, el Gobierno británico se ha enrocado en no acordar la celebración de un nuevo referéndum y el tribunal dejó la pelota en el tejado del Ejecutivo de Rishi Sunak al señalar que «en ausencia de modificación de la definición de materias reservadas» no podía aceptar el deseo del Gobierno escocés. El Ejecutivo británico está cómodo mientras la pelota no se juegue, por lo que la ficha la deberá mover, de nuevo, Edimburgo.

Quién y dónde

Los escoceses y el número 10 de Downing Street. De la sentencia se puede interpretar que el independentismo es un proyecto legítimo, pero sin recorrido legal. Puedes votar por ello en Escocia las veces que haga falta, pero no tendrá un impacto real. O este es el mensaje que quiso enviar Londres, pidiendo «centrarse en las cosas que realmente importan a los escoceses». Pero lo que la ciudadanía del norte de la isla recibió fue que su voz no tiene peso en Londres. Y esto es gasolina para el independentismo. Y, en algún momento, alguien deberá coger esa patata caliente en Londres. Los sucesivos gobiernos británicos han insistido en que «no es el momento», pero hacer como que un problema no existe no lo hará desaparecer. Sunak sigue los pasos de sus antecesores, pero todo apunta a que el próximo primer ministro británico será laborista.

Cómo

La ley británica no tiene las respuestas que el independentismo escocés buscaba. Ante ello, Nicola Sturgeon anunció que el siguiente paso es utilizar una cita electoral como «referéndum de facto». Es decir, unas plebiscitarias. Ni el Gobierno escocés, ni el SNP, ni el principal socio, Los Verdes, apoyan un referéndum no acordado. Es más, según las últimas encuestas, solo el 25% de quienes votarían a favor la independencia en un referéndum acordado haría lo propio en un referéndum unilateral.

La única manera de que Escocia se convierta en un país independiente es si la mayoría de las personas que viven allí lo quieren. La Ley de Escocia no es una Constitución y, como señalaba el profesor de Derecho Nick McKerrell en una entrevista en NAIZ, eso tiene «ventajas y desventajas». No es una Constitución inmóvil, sino simplemente otra ley que se puede enmendar y cambiar. Aquí podríamos volver al «quién». Quién esté al mando en Londres.

Cuándo

La principal opción que baraja la premier son las próximas elecciones generales. Sin embargo, podrían pasar hasta dos años y tendrán que calibrar muy bien cómo afectaría eso a un independentismo muy especial, cuyo ascenso de la última década y fuerza actual tiene mucho que ver con la situación que han vivido las islas en estos años. También es cierto que si algo ha ganado Sturgeon durante sus ocho años en el poder es aval, saliendo reforzada de cada crisis y cada cita con las urnas. La premier podría asumir las riendas y ser ella quien, poniendo su puesto en juego, convocase unas elecciones al Parlamento de Holyrood. Por el momento, no parece que contemple esta opción. La respuesta llegará a principios de 2023. Se prevé que el SNP celebre en enero una conferencia extraordinaria para definir los siguientes pasos a dar.

Por qué

Mientras no se resuelven el resto de cuestiones, el independentismo ha sabido responder al «por qué». Con el unionismo parapetado en negar el referéndum y sin participar en la discusión, el SNP ha ido haciendo un trabajo de hormiga, ganando voto a voto, presentando el caso independentista a cada ciudadano que vive en Escocia. Las encuestas, poco a poco, se han volcado a su favor. En un intervalo en el que una premier escocesa ha conocido cinco primeros ministros británicos, Escocia ha salido de la UE en contra de su voluntad, se ha vivido una pandemia y la libra ha caído a sus niveles más bajos en medio siglo, el unionismo se ha negado a discutir sobre los beneficios de mantener la unión del Reino Unido, dejando el terreno libre para que lo abonase el soberanismo. Pero este sigue buscando la herramienta aceptable para poder recolectar los frutos.

NOIZBAIT NORBAITEK EUTSI BEHARKO DIO ARAZOARI

Auzitegi Gorenaren mezua biribila izan zen. Eskoziak ezin du independentziaren gaineko erreferendumik antolatu. Gobernu britainiarra eroso dago, eta uko egin dio beste erreferendum bat antolatzeari. Eskoziarrek haien ahotsa Londresen inolako eraginik ez duela ikusi dute, eta hori erregaia da independentismoarentzat. Noizbait, norbaitek arazoari eutsi beharko dio Londresen. Hauteskunde plebiszitarioak izango dira hurrengo urratsa. Independentziaren alde lan gogorra egin arren, subiranistek ez dute emaitzak jasotzeko tresnarik aurkitu.