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El «chavo gordo» urkiaga, «el mejor portero del mundo» en el exilio

Mbappe selló el pase de Francia a octavos, Polonia ganó ante Arabia Saudí, Australia se impuso a Túnez. Argentina y México se enfrentaban en un partido vital que se lo quedó el combinado albiceleste y, aprovechando esa épica, en GARA recordamos la trayectoria de Joaquín Urkiaga, arquero que triunfó en el país azteca.

Joaquín Urkiaga despeja con puños un balón aéreo. (ARCHIVO MIGRACIONES GOBIERNO ESTADO ESPAÑOL)

Joaquín Urkiaga Legorburu fue uno de los porteros más importantes de La Liga durante la primera parte de la década de los años treinta del siglo pasado. Un período futbolístico y vital cortado abruptamente debido al golpe de Estado fascista del 18 de julio de 1936. La contienda bélica también marcó la trayectoria del guardameta vasco, que acababa de llegar al Fútbol Club Barcelona y que, posteriormente, sería una celebridad en México.

Nacido el 29 de marzo de 1910 en Zorrotza, un barrio humilde con fuerte tradición futbolística, Urkiaga, con menos de 20 años, defendía la portería del Barakaldo, en un equipo en el que también estaban Serafín Aedo -que, más tarde, acompañaría al meta en el Betis y sería mitico defensa de la selección vasca por el mundo- o Julián San Cristóbal Larrinaga, el bisabuelo de Ander Herrera.

Tras firmar por el Betis, el día de Navidad de 1932, el meta vizcaino debutó en la máxima categoría en un encuentro ante el Barcelona de la mano del entonces preparador del equipo andaluz, el irlandés Patrick O’Donnell. Una vez asentado como titular en el cuadro verdiblanco, al zorrotzarra le tocó la hora de saborear la gloria alzándose con el título de Liga en 1935. Un éxito en el que, además, el portero consiguió ser el menos goleado al apenas encajar 19 tantos en 21 encuentros.

La gira que salvó al Barcelona

En total, disputó cuatro campañas en el Betis y todavía continúa entre los 10 porteros que más partidos han completado con el equipo andaluz en Primera. Meses después, el meta partió al Barcelona, donde le esperaban Areso, O’Donnell y el destino. Y es que tras el Golpe de Estado franquista, el conjunto catalán pasó a jugar la Liga Mediterránea, dentro de la zona que la República española mantenía todavía sobre su control. Según la página web oficial del cuadro blaugrana, Urkiaga disputó 16 encuentros de una competición que ganaron los culés.

Todo cambió el 18 de mayo de 1937, el día en el que el Barcelona se lanzó a una aventura que acabó con el exilio de buena parte de sus integrantes, pero con el futuro del club garantizado. Y es que el club catalán, cuyo presidente Josep Sunyol -junto al periodista Ventura Virgili, el chófer y un teniente republicano- había sido fusilado en Guadarrama por «marxista y separatista» meses antes, comenzó el camino que le iba a llevar a disputar 14 encuentros en EEUU y México. Una gira para abrazar la causa republicana y llenar las arcas de una entidad que arrastraba un pronunciado déficit.

Gracias a dicho periplo, el Barcelona consiguió 12.900 dólares, cerca de 460.000 pesetas de aquella época, que fueron depositados en un banco parisino para evitar se confiscados por el régimen franquista. Sin embargo, algunas de las referencias del conjunto catalán no regresaron por temor a las represalias: por su compromiso político, en otros por su independentismo vasco o catalán e, incluso, por encontrar mejores perspectivas laborales en México. Fue el caso de Esteve Pedrol, Felix de los Heros Azkueta “Tache”, Fernando García, Joaquín Urkiaga, Josep Iborra y Miquel Gual. Además, Kepa Areso ya integraba la selección vasca en el exilio, un equipo en el que también jugó regularmente el vizcaino Félix De los Heros, además de fugaces apariciones de Iborra y Urkiaga.

Precisamente, gracias a un encuentro ante el cuadro vasco, la prensa mexicana definió al zorrotzarra como «el mejor portero del mundo». Un calificativo que enfrentaban, como atractivo para presentar el choque que debían disputar un conjunto de Jalisco y la selección de Euskal Herria, con el de «el mejor chutador del mundo» para definir al delantero irundarra Isidro Langara. El 1 de noviembre de 1938, el combinado vasco se impuso por cuatro a cero. Y eso que los de Jalisco se habían reforzado con Fernando García, Luis “Pirata” Fuente y Martín Ventolrá, además de a Urkiaga.

Nada más colgar las botas, Urkiaga pasó a ejercer como entrenador y en 1948 ganó la Copa al mando del propio Veracruz. No obstante, su mayor triunfo llegaría un lustro después, al conseguir el doblete con el Club Deportivo Tampico -el equipo del Sindicato de Trabajadores Petroleros-, una hazaña que no han vuelto a repetir.

URKIAGA, «MUNDUKO ATEZAINIK ONENA»

Joaquin Urkiaga Legorburu Estatu espainoleko ligako atezainik garrantzitsuetako bat izan zen aurreko mendeko 30eko hamarkadan. Betisen lau urtez aritu ostean, Bartzelonara joan zen. Gerrak eta Kataluniako klubaren ekonomia arazoek baldintzatu zuten bere ibilbide osoa. AEBetara eta Mexikora bidaiatu zuen Bartzelonarekin, dirua irabazi asmoko partidak jokatzera, eta beste batzuekin batera azkenean han geratu zen, Estatu espainolaren errepresioaren beldurrez. Bertan arrakasta izan zuen, prentsak «munduko atezain onena» adiera ematerainokoa.