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Apasionado escéptico


Si la educación se ha podido instrumentalizar para fines espurios dándole todo el poder a la Ciencia frente a las Humanidades, ha sido porque les hemos dejado”. Con Hans Magnus Enzensberger se ha ido uno de los pocos Humanistas e Intelectuales del siglo XX. Su curiosidad lo abarcaba casi todo; escribió incluso sobre las matemáticas o sobre la relación entre ciencia y poesía. Alemán del 39, periodista, ensayista, novelista, poeta, traductor, editor, militó en la activa oposición extraparlamentaria, vivió en la Cuba de los albores de la revolución, fue un referente del movimiento estudiantil del 68… Pero ya en el 78 escribió “El hundimiento del Titanic”, poética metáfora de la corrupción de los ideales. Uno de sus últimos libros, “Tumulto”, es un recorrido por todo aquello que despertó su entusiasmo y que pronto comenzó a oler mal. A España llegó por primera vez en auto-stop en 1953; escribió luego sobre los cristales rotos de la transición y su última visita fue para vivir el 15-M en la Puerta del Sol, y el fervor volvió a inundarle. En 2002 recibió el Premio Príncipe de Asturias, y lanzó su dardo: “¡Vaya buena fiesta montaron, pero no para los premiados ni para los ciudadanos sino para la Monarquía!”. En 1972 escribió “El corto verano de la anarquía”, una bella biografía de Buenaventura Durruti. “Por desgracia el Capitalismo es más proteico que el Socialismo, pudo coexistir tranquilamente con el nazismo o hacerlo con un estado comunista como sucede en China”.