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KOLABORAZIOA

Kattalingune Servicio LGBTI+, fruto del trabajo de los colectivos LGBTIQ+


Parecía que al fin las personas LGBTI+ no íbamos a ser relegadas como de costumbre a los puestos finales de la lista de prioridades. Pero ha resultado quedarse también en «parecía», y no en «efectivamente». Lo que, en principio, podríamos considerar una muy buena noticia, que el INAI haya decidido sacar a licitación pública Kattalingune Servicio LGBTI+, que hasta la fecha era un convenio con el que sabes con cuánto dinero empiezas, pero no cuánto vas a tener al año siguiente, ha resultado quedarse solamente en «en principio».

¿Por qué decimos esto? En primer lugar, porque se niega el hecho de que haya habido un recorte. Nos preguntamos cómo es que el INAI no ve un recorte cuando el presupuesto que marca el pliego para gasto en 2023 será 205.309 euros, habiendo sido de 220.000 en 2022. ¿Acaso no parte el pliego con un recorte de, al menos, 15.000 euros? Y si a esto le sumamos las subidas salariales, la subida que se estima del IPC, nos preguntamos también, ¿acaso no será al menos el doble que esos 15.000 euros? Por otro lado, nos preguntamos qué clase de atención piensa el INAI que merecen las personas LGTBI+ de Navarra y a qué clase de profesionalización se refieren al pasar de gestionar el servicio con tres trabajadoras menos, un programa más que desarrollar, cinco oficinas que atender y con más horario de atención en la Oficina de Pamplona.

¿Estará sobredimensionado? ¿Sobredimensionado un Servicio que recoge la Ley Foral 8/2017? ¿Sobredimensionado un recurso cuyo objetivo es atender y visibilizar la realidad de las personas LGBTI+ que, además, según el informe de delitos de odio del Ministerio de Interior, ha pasado este 2022 a la segunda posición con casi el doble de denuncias que en 2021 entre los motivos de delitos de odio? ¿Acaso lo sobredimensionado no será la lectura que hace el INAI mediante esta licitación, con menos personal, más programas, más horario de atención y cinco oficinas que atender?

Nos preguntamos también cómo afectará esto a la atención en las oficinas descentralizadas; cómo influirá esto al trabajar en el ámbito rural, donde aún muchas personas deciden o bien marcharse o esconderse por el mayor control social. Pobres profesionales, profesionalizadas que tengan el encargo de desarrollar este desajustado servicio.

Del mismo modo, nos encantaría saber qué medios y recursos va a disponer el INAI para asegurar la continuidad del servicio y la calidad en las atenciones como la conocemos hoy, a partir del 1 de enero, mientras se resuelve el pliego. ¿Qué pasará con las personas y procesos que están siendo atendidos? ¿Qué ocurrirá con el trabajo programado para el 2023? ¿Va a continuar con el mismo número de profesionales? Profesionales que consideramos indispensables, ya que son quienes han reinventado fórmulas comunicativas y recorrido miles de kilómetros a lo largo de todo el territorio navarro impulsando y acercando la diversidad sexual y de género a toda la población, atendiendo a personas LGTBI+, allegadas, familiares y asesorando a profesionales de diferentes ámbitos (educación, servicios sociales, deporte, cultura, salud, etcétera).

Este pliego nos precariza a todes; obliga a despedir a trabajadoras, a atender más con menos profesionales, a empeorar la fórmula centralizada de atención y un largo etcétera. ¿Podemos, tras veintidós años de historia de la asociación, quedarnos con los brazos cruzados? ¿Podemos no exigir, respeto a las profesionales y a su labor profesional? ¿Podemos no pedir una consolidación, y como ahora tanto se repite, real y efectiva del servicio? En definitiva, ¿podemos dar un paso atrás en los avances en la atención a la diversidad sexual y de género y la realidad LGTBI+? Claramente no.