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Los ultras republicanos alargan la agonía en la votación del Congreso

La veintena de republicanos ultras que bloquean la elección del presidente de la Cámara de Representantes de EEUU mantuvieron el pulso al candidato mayoritario de su partido, Kevin McCarthy, a pesar de las concesiones que les ofreció. La agonía llegó a una novena votación en la que incluso apareció el nombre de Donald Trump.

Kevin McCarthy (d) habla con uno de los candidatos del caucus ultra, Jim Jordan. (Olivier DOULIERY | AFP)

Las concesiones que el republicano Kevin McCarthy ofreció ayer a los veinte electos del ala más ultra del partido no sirvieron para que rompieran el bloqueo que mantiene a la Cámara de Representantes de Estados Unidos sin poder ponerse en funcionamiento. El candidato a presidir la Cámara Baja se acercó en vano a los trumpistas para obtener su apoyo.

El grupo se lo negó incluso en una novena votación en la tercera jornada de sesiones, un escenario que no tiene precedentes en 100 años.

Sin un presidente de la Cámara, los representantes electos no pueden prestar juramento y, por lo tanto, aprobar ningún proyecto de ley.

Miembros del sector más derechista del partido no confían en McCarthy y se aprovechan de la escasa mayoría republicana para establecer sus condiciones. McCarthy, que no puede ser elegido sin su apoyo, accedió a una de sus peticiones, destinada a facilitar la destitución del speaker, como se conoce al cargo, pero se mostraron inflexibles.

«Estamos decididos a cambiar profundamente esta institución que va por mal camino», justificó el turbulento representante electo de Carolina del Norte Dan Bishop.

Incluso se permitieron la burla de emitir un voto para Donald Trump, en una votación en la que McCarthy obtuvo 201 votos, mientras que el republicano Byron Donalds logró 17 apoyos, y el demócrata Hakeem Jeffries, 212. En las anteriores votaciones, los 20 republicanos que se oponen a dar su apoyo a McCarthy han apostado por Donalds. La elección del speaker, la tercera figura más importante de la política estadounidense, requiere una mayoría de 218 votos. McCarthy no tiene un competidor creíble, pero la Cámara debe seguir votando hasta que se elija un presidente.

Lo que debía ser cuestión de unas pocas horas está resultando una agonía que puede extenderse durante semanas: en 1856, la elección llegó tras dos meses y 133 rondas.

Pero sobre todo, agudiza la crisis del Partido Republicano, donde se siente la impaciencia al ver que se retrasan las numerosas investigaciones que habían prometido contra el presidente, Joe Biden, entre otras iniciativas.

Enfrentarse a una Cámara hostil, pero con una oposición caótica podría resultar una bendición política para Biden, quien calificó el miércoles la situación de la Cámara Baja de «vergonzosa».