El acierto, el trabajo defensivo y los jóvenes conducen a un récord

Los goles de Sorloth y Barrenetxea en las dos ocasiones del primer tiempo y la frescura del Sanse tras los únicos quince minutos en los que el Rayo planteó problemas en el inicio del segundo permitieron sumar la novena victoria consecutiva con nueve bajas.

La Real logró en Vallecas encadenar nueve victorias en partidos oficiales por vez primera en su historia, 21 en los 28 de esta temporada, en un duelo que se decidió con el acierto de Sorloth y Barrenetxea en las dos únicas ocasiones del primer tiempo. Además, fue clave el trabajo defensivo durante 75 minutos en los que el Rayo no pudo generar ninguna oportunidad ante Remiro, que ha recibido un gol en los últimos siete partidos, y la aportación de los jóvenes del Sanse en la media hora final.

Imanol confirmó que es el artífice de convertir la Real en un equipo que compite y gana casi siempre. Encuentra soluciones a todos los problemas y a las nueve bajas, la de Kubo se sumó por unas molestias en el cuádriceps a las ocho ausencias en la convocatoria. Tuvo la valentía de retirar a los tres jugadores más importantes en la primera mitad de la temporada -Sorloth, Brais y Silva- para buscar en Ander Martín y Jon Ander Olasagasti la frescura que necesitaba el equipo por la acumulación de partidos que le hace bajar el nivel físico en las segundas partes.

Se volvió a confirmar la tendencia de que la Real se adelanta en los primeros tiempos para resistir en los segundos en base a su competitividad y al trabajo defensivo que le ha permitido ganar todos los partidos en los que se ha puesto en ventaja en el marcador esta temporada con la única excepción del empate contra el Valencia en Anoeta.

Andoni Iraola advertía la víspera de la importancia que tenía no permitir a la Real marcar en los primeros minutos y por eso su equipo salió muy bien, pero David Silva robó un balón a Unai López como hizo con Vesga en el derbi porque es el mejor y trabaja como el que más en defensa, y permitió a Sorloth marcar por quinta jornada consecutiva. Lleva ocho goles en los 14 partidos de Liga de esta temporada -dos en Copa y otros dos en Europa- cuando solo logró tres en los 33 de la pasada.

Además, la Real saca partido de la estrategia como ningún equipo y, en el día en el que Imanol dedicó la victoria a su ayudante Mikel Labaka, encargado de esta faceta ausente en Vallecas por el fallecimiento de su padre, marcó el segundo gol en un corner ensayado lanzado por Brais, prolongado por Aritz tras recibir su marcador un bloqueo de Le Normand para que Barrenetxea entrara con todo su alma a marcar el gol que necesitaba en la primera titularidad tras superar su grave lesión.

COMIENZO DIFÍCIL

El Rayo solo inquietó en los quince primeros minutos del segundo tiempo, en los que pudo meterse en el partido en un cabezazo de Lejeune que detuvo Remiro y en un disparo de Trejo que rechazó Illarramendi, que cuajó una gran actuación en su posición preferida y completó un partido de Liga por vez primera desde que se lesionó en San Mamés el 30 de agosto de 2019.

Imanol detectó el problema y encontró la solución. Hizo un triple cambio para que los jóvenes dieran el oxígeno que necesitaba el equipo y cambió el sistema para jugar con un 4-4-2 sin rombo, con Barrenetxea, luego sustituido por Robert Navarro, y Ander Martín para tapar las dos bandas.

A partir de ahí el Rayo dejó de inquietar y las mejores opciones las tuvieron dos chavales, Pablo Marín y Olasagasti, para vivir un final tranquilo que permite a la Real empatar con el Real Madrid con 38 puntos en la segunda plaza, aunque con dos partidos más jugados, antes de la visita al Bernabéu del próximo domingo. Y el miércoles se ponen a prueba las rachas en los cuartos de Copa en el Camp Nou...