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Colombia y Venezuela viven una luna de miel a los cuatro años de la ruptura

Sin alcanzar todavía una situación de plena normalidad, la relación entre Colombia y Venezuela, fracturada por completo el 23 de febrero de 2019, está volviendo a su cauce. La llegada de Gustavo Petro al Ejecutivo ha propiciado un giro copernicano en la política colombiana respecto a su vecino, opuesta a la abierta beligerancia de Iván Duque.

Seguidores del presidente venezolano, Nicolás Maduro, durante la celebración del Día Internacional de la Juventud. (Federico PARRA | AFP)

Cuatro años después de romper relaciones diplomáticas, Colombia y Venezuela han dado un giro de 180 grados y han estrechado la integración fronteriza, económica y comercial movidos por la afinidad de los presidentes Gustavo Petro y Nicolás Maduro.

La tensa relación bilateral se rompió el 23 de febrero de 2019 a raíz del intento del entonces «presidente interino» de Venezuela, el opositor Juan Guaidó, de entrar en su país desde la ciudad colombiana de Cúcuta al frente de una caravana humanitaria, intento que acabó en disturbios en la frontera. Esa frustrada operación llevó al presidente venezolano, Nicolás Maduro, a romper las relaciones diplomáticas y consulares con Colombia, cuyo gobernante, Iván Duque, había vaticinado días antes: «A la dictadura de Venezuela le quedan muy pocas horas».

«Es evidente que la política del anterior Gobierno no fue la adecuada», expone a Efe el excanciller colombiano Julio Londoño Paredes, quien opina que el restablecimiento de relaciones fue «positivo para la imagen del país», que en los años de la ruptura llegó a ser visto como «puente para una eventual intervención de Estados Unidos en Venezuela».

Comercio, la piedra angular

Después de cuatro años de confrontación sin tregua, a los que se suman otros tantos de relaciones inestables y feroces ataques verbales entre los mandatarios de ambos países, llegó Petro a poner orden, y el restablecimiento del comercio fue uno de los primeros objetivos.

El cambio trajo consigo el aumento del intercambio comercial, aunque, según expertos, quedan muchos retos por delante, empezando por la reducción de la burocracia que, tanto colombianos como venezolanos, imponen para la entrada y salida de productos.

Son esas trabas las que impiden que el crecimiento del intercambio comercial sea más acelerado y los números suban como se esperaba tras la apertura de la frontera. Y para derribar los muros que todavía impiden que el comercio fluya, Maduro y Petro firmaron la pasada semana un acuerdo cuyo objetivo es alcanzar este año los 1.800 millones de dólares en operaciones comerciales.

Por otra parte, aunque las conexiones aéreas no se suspendieron con la ruptura de relaciones, la pandemia fue la excusa perfecta para que la suspensión obligada se dilatase todo lo posible, llegando más lejos que el propio covid.

Cuando los cielos se volvieron a plagar de aviones una vez controlado el virus, las conexiones entre los dos países vecinos siguieron en suspenso. La llegada de Petro también activó este sector y el 10 de noviembre se dio la primera conexión entre las capitales.

«La relación se ha normalizado pero no totalmente, porque ni las inversiones ni la atención consular han regresado a los parámetros anteriores, eso va lentamente», concluye Londoño.

Mugak zabaltzea, milaka lagunek espero zuten pausoa

Venezuela eta Kolonbiaren arteko muga 2015etik itxita zegoen, bi herrialdeen arteko harremanak hautsi baino lehenagotik, beraz, eta nahiz eta herritar asko kontrolik gabeko pasabideen bitartez batetik bestera pasatzen ziren, iragan urteko irailean gauzatu zen mugen irekiera «beharrezkoa» eta bi aldeetako herritar ugarik espero zuten pausoa zen, Julio Londoñok, militar ohi eta Kolonbiako Kanpo Harremanetarako ministro izandakoak, nabarmendu duenez.

«Inoren lurraldea» bilakatu zen eremu zabal horretan, jendearen joan-etorria gero eta ohikoagoa da, nahiz eta oraindik erabateko normaltasuna ez erdietsi.

Bi herrialdeen arteko harremana berrezartzeak segurtasun arloan elkarlana indartzea eta justiziaren esparruan kolaborazioa areagotzea ere ekarri du, Kolonbiak Venezuelan duen enbaxadore Armando Benedettiren hitzetan. Sabela BELLO-Jaime ORTEGA