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AZKEN PUNTUA

La muerte sólo es una variable


En pocas horas han muerto dos presos en las cárceles de la CAV, en Zaballa y en Martutene. El de Zaballa tenía 22 años y era argelino. El de Martutene 57 y estaba en prisión preventiva. La consejera de Políticas Sociales dice que «esa posibilidad», las dos muertes, está dentro de las «variables» con las que trabaja el personal penitenciario. El tono de las declaraciones desea transmitir eficacia y una buena gestión política en el asunto de las prisiones. A mí me suenan distantes, frías, insensibles… y si las repito en mi interior o las digo en voz alta me parecen hasta inhumanas. Kirmen Uribe escribió un poema titulado «Mahmud». Lo incluyó en su primer libro de poesías y habla de la vida de un joven que cruzó el mar para terminar su viaje en una cárcel con muchas puertas y barrotes. Creo que la historia de Malec y de Mahmud se parecen. Una es la silenciosa y trágica realidad de un mundo despiadado y, la otra, los versos que gritan el dolor invisible de ese mundo. Cuando un hombre o una mujer aparecen muertos en la calle o en una celda es como si no hubieran tenido una vida que contar o un nombre con el que llamarles. Solo unas líneas con el día que mueren y los años que existieron. Luego se les incluye en un cálculo estadístico y se convierten en «variables» de la gestión neoliberal.