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EL EXTRAÑO

Mujer que actúa en defensa propia


La debutante Chloe Okuno fue al festival de Sundace con “Watcher” (2022) debajo del brazo como tarjeta de presentación, en un planteamiento que le ha funcionado, ya que acaba de fichar por Netflix para dirigir capítulos de la serie “Fear Street”, basada en cuentos terroríficos del escritor R.L. Stine. Desde siempre, el empezar con una película de bajo presupuesto, en este caso rodada en Rumanía para abaratar costes, en la que se luce la dirección menejando pocos y controlados elementos, es una buena estrategía promocional. La cineasta novel ha hecho un ejercicio de capacitación que le ha permitido dominar el estilo y el tiempo narrativo, mediante la creación de una atmósfera tensa que saca partido de las sombrías localizaciones en Bucarest, desplegadas en torno a dos viejos edificios de vecinos, el uno frente al otro, de tal forma que las ventanas dejan entrever o adivinar parte de su extraña vida interior, al menos a los ojos de una extranjera.

La estudiada puesta en escena se plasma en secuencias que dependen del factor ambiental, como las que tienen lugar en el metro, en el supermercado de la esquina, en un club nocturno o en una sala de cine. En esta, por cierto, se proyecta “Charada” (1963), y la protagonista se identifica con el rol de víctima que Audrey Hepburn representa en la pantalla. Pero a diferencia de las viejas damiselas, como mujer de hoy, al final se acabará enfrentando a su acosador. Y este escueto pero definitorio mensaje feminista es lo que cambia con respecto a los trhillers clásicos de Polanski, Hitchcock, De Palma o Chabrol que toma como modelos genéricos.

Dentro de la falta de pretensiones de la directora, más allá de darse a conocer, consigue pasajes visualmente muy sugestivos, que son todos en los que asoma la figura distante del merodeador. La presencia de Burn Gorman no puede ser más amenazante desde la lejanía, y en su estaticismo se vuelve aún más angustiosamente siniestra.