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Calor extremo y sequía marcaron el clima europeo durante 2022

El informe del Servicio de Cambio Climático del sistema satelital Copernicus confirma que 2022 fue en Europa un año extremadamente caluroso, sobre todo en verano, y con muy poca lluvia. El Ártico preocupa y el sur continental vivió un estrés hídrico inédito.

Un charco aguanta a duras penas en Doñana, uno de los mayores humedales europeos y uno de los más amenazados. (Jorge GUERRERO | AFP)

Un calor sin precedentes y la sequía generalizada marcaron el clima europeo en 2022, según constata el informe anual del Servicio de Cambio Climático del sistema satelital Copernicus, que advierte de que los fenómenos extremos son cada vez más frecuentes e intensos.

A pesar del fenómeno La Niña, que tiende a refrescar la temperatura global, el año pasado Europa vivió el segundo año más cálido y el verano más caluroso desde que hay registros, con olas de calor intensas y prolongadas en gran parte del continente, en especial en el sur, que soportó el mayor número de días de «estrés térmico muy fuerte» jamás registrado.

De hecho, según se indica en el informe, en el último quinquenio la temperatura media se sitúa unos 2,2°C por encima de la media en la era preindustrial (1850-1900) y en 2022, los termómetros superaron en 0,9°C la media reciente (1991-2020). En verano, la diferencia subió hasta 1,4 grados centígrados.

PREOCUPA EL ÁRTICO

En este contexto general, en especial preocupa el Ártico, cuyo clima está experimentando cambios drásticos y cuyas temperaturas aumentan mucho más rápido que en la mayor parte del resto del planeta, con 3°C más que la media de la era preindustrial, frente al calentamiento global de 1,2°C. Así, 2022 fue el sexto año más cálido en el Ártico en su conjunto y el cuarto más caluroso en las zonas terrestres. Una de las regiones más afectadas fue el archipiélago de Svalbard, que vivió su verano más cálido, con temperaturas que en ciertas áreas superaron en 2,5 °C la media.

Groenlandia también experimentó condiciones climáticas extremas, como un calor excepcional y lluvias en septiembre, en lugar de nieve. Las temperaturas medias del mes fueron hasta 8°C superiores a la media y la isla vivió hasta tres olas de calor.

A las altas temperaturas se sumó la escasez de precipitaciones, factores que llevaron a una situación de sequía generalizada. En invier- no hubo menos días de nieve que la media, hasta 30 días menos en algunas zonas; y en primavera las lluvias fueron inferiores al promedio en gran parte del continente. En mayo se registró la cantidad más baja para ese mes.

La anomalía anual de la humedad del suelo fue la segunda más baja en 50 años, y el caudal de los ríos también fue el segundo más bajo registrado. Van seis años seguidos con menor caudal que la media; un 63% de los ríos europeos tuvieron caudales inferiores a la media en 2022.