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Otra tregua rota extiende el caos en Jartum y dificulta la evacuación

Los combates entre el Ejército regular de Sudán y los paramilitares entraron en su segunda semana después de otra ruptura del acuerdo de alto el fuego y con más de 400 muertos. Arabia Saudí llevó a cabo la primera de las evacuaciones de civiles extranjeros por mar mientras otros países intentan evacuar a sus ciudadanos desde unos aeropuertos que no se sabe bien quién controla.

Una columna de humo se elevaba desde el aeropuerto de Jartum, escenario de combates. (AFP)

Si bien la noche fue relativamente tranquila en Jartum, en gran parte privada de electricidad y agua corriente, fuertes explosiones sacudieron la capital durante el día y se escucharon intercambios de disparos en diferentes barrios, continuando los combates que estallaron el 15 de abril entre el Ejército del general Abdel Fattah al-Burhane, gobernante de facto de Sudán desde el golpe de Estado de 2021, y su adjunto convertido ahora en enemigo, el general Mohamed Hamdane Daglo, que comanda las temidas Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) paramilitares.

El viernes, el Ejército anunció un acuerdo de alto el fuego de tres días por la festividad Eid al-Fitr, que marca el final del Ramadán. Era la quinta pausa humanitaria que se intentaba, pero nuevamente el Ejército y las FAR rompieron el compromiso. La cifra provisional de víctimas se sitúa ya en 413 muertos y 3.551 heridos, según la Organización Mundial de la Salud. Al menos 13 personas más murieron en los combates de ayer.

Los dos generales que tomaron el poder en el golpe de 2021 siguen enfrascados en una lucha sin cuartel tras no ponerse de acuerdo sobre la integración de los paramilitares en las tropas regulares, y Al Burhane augura que la guerra podría prolongarse mucho tiempo. «De aquí solo me sacan en un ataúd», afirmó.

«Nadie puede anticipar cuándo va a terminar este conflicto. El paso fundamental para que acabe es que los paramilitares se retiren de las zonas residenciales», añadió.

En Jartum, muchos civiles se han aventurado a salir solo para obtener alimentos o para huir de la ciudad. Las condiciones son probablemente peores en Darfur, donde Médicos sin Fronteras relata una situación catastrófica.

El cese de operaciones por parte de la mayoría de los trabajadores humanitarios, tras la muerte de al menos cuatro de ellos durante la última semana, agrava la situación.

Al menos 13 hospitales han sido bombardeados y el 71% de los centros sanitarios de las zonas de hostilidades están fuera de servicio, según el Sindicato de Médicos de Sudán. Del resto algunos de ellos sólo prestan servicios de primeros auxilios y también están amenazados de cierre debido a la falta de personal médico suministros , agua y corriente eléctrica.

Ayer comenzaron las evacuaciones de ciudadanos extranjeros aunque es imposible saber quién controla los aeropuertos del país y en qué estado se encuentran. Las FAR dijeron que están «listos para abrir todos los aeropuertos para las evacuaciones mientras el Ejército regular dijo controlar todos excepto los de Jartum y Nyala, la capital de Darfur del Sur. La primera gran operación de evacuación de civiles la llevó a cabo en cuatro barcos Arabia Saudí, que repatrió a 158 personas, incluidas 66 de otros países. Jordania prepara la salida de 300 más.

También EEUU, Gran Bretaña, Estado francés, Corea del Sur y China, prevén evacuaciones en aviones militares desde Jartum, pero el caos y la inseguridad en los aeródromos lo hacía imposible.