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La izquierda kurda,la fuerza del desempate en Turquía

El prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) se presenta a las elecciones generales y presidenciales de Turquía del domingo bajo presión judicial y bajo el paraguas de otra formación afín para evitar que una eventual ilegalización del partido justo antes de los comicios frustre las aspiraciones de sus electores.

Un hombre pasa ante banderas electorales del HDP y un cartel del presidente, Recep Tayyip Erdogan, en el histórico barrio Sur de Diyarbakir, en Kurdistán Norte. (Ilyas AKENGIN | AFP)

S iempre bajo escrutinio popular, lupa judicial y puño policial, la izquierda kurda -como no podía ser de otra manera- participará en las elecciones generales de Turquía de este domingo. Aunque las detenciones de sus militantes sean una dinámica constante desde hace décadas, en las que los arrestos son el pan de cada día, cabe decir que se han intensificado. «Turquía arresta a 110 personas por presuntos vínculos con militantes kurdos antes de las elecciones», titulaban las agencias internacionales el día 25 de abril, a pocas semanas de la cita electoral. La prensa turca afín al presidente, Recep Tayyip Erdogan, por su parte, lo tildaba de «operación antiterrorista». Y como no es extraño que el sistema judicial turco sitúe a la izquierda kurda en el centro de la diana, el partido que la representa se suele convertir en el blanco de los ataques. Desde que nació ha tenido múltiples nombres, pero la esencia del partido siempre es la misma. En esta ocasión ha vuelto a ocurrir: el HDP no se presentará a la Asamblea. Pero sus integrantes, sí.

«Hemos decidido presentarnos a las elecciones en las listas del Partido de la Izquierda Verde», anunció el copresidente del HDP, Mithat Sancar, a la televisión HalkTV. ¿Por qué querrían enterrar el nombre de su partido antes de unas elecciones tan cruciales? Porque en caso de prohibición justo antes de los comicios del partido HDP, ahora mismo en vías de ilegalización, muchos votantes se quedarían sin representación. Y no son pocos. Si en 2018 consiguió el 11,7% de los votos, su actual coalición aspira a obtener cerca del 11%, según las encuestas.

Al igual que otras formaciones, ellos también irán integrados dentro de un grupo de partidos -minoritarios- llamada Alianza del Trabajo y Libertad. La conforman el HDP -bajo el paraguas del Partido de la Izquierda Verde- el Partido de los Trabajadores (TIP), el Partido del Trabajo, el Movimiento del Trabajo, el Partido de la Libertad Social y la Federación de Asambleas Socialistas. Todos ellos, con una marcada ideología de izquierdas, tienen el objetivo de sumar en el parlamento turco y lo harán en la misma lista, menos el TIP, que finalmente optó por hacerlo en una lista independiente.

Pero el domingo, la cita electoral con sabor a plebiscito para Erdogan, la población turca votará dos veces: una para escoger al partido que quiere que entre en la Asamblea, la otra para señalar quién debe ser el próximo presidente. Y en este sentido, cualquier ciudadano puede presentarse siempre que reúna 100.000 firmas. Pero el HDP, con personalidades que podrían alcanzar esa cifra y mucho más, no ha querido presentar a ninguno.

UNIDOS POR LA CAUSA

No es extraño que ante el desafío de expulsar a Erdogan del poder cualquier cálculo pueda ser insuficiente. La oposición comandada por el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP), muy consciente que esta vez tiene que poner toda la carne en el asador, ha decidió unir fuerzas -al igual que hizo en 2018- con todos las formaciones que se oponen al actual presidente: hasta seis partidos, desde islamistas conservadores hasta liberales, se han unido. Todos, menos la izquierda kurda. «Apoyaremos la candidatura de la Mesa de los Seis», anunció el partido prokurdo, dando a entender que pondría facilidades al aspirante que saliera de esa mesa, sin ir a las parlamentarias unidos. Una mesa que para el analista Murat Tezcür, director de la Escuela de Política, Seguridad y Asuntos Internacionales de la Universidad de Florida Central, tiene más de simbólico que de práctico. «Realmente, hay dos partidos», explica a GARA. Y estos, el CHP y el ultranacionalista IYI Parti, están totalmente separados ideológicamente del prokurdo HDP. Y si el líder de esta coalición opositora, Kemal Kiliçdaroglu, tiene el apoyo del HDP es por su mayor disposición a acercar posturas con la causa kurda. En cuanto al IYI Parti, más bien lo contrario. Por lo que Tezcür vaticina que eso dará problemas en caso de llegar al poder: «Encontrar un balance será difícil».

Aun así, el HDP no presentará a su propio candidato presidencial y prácticamente ha pedido a sus votantes apoyar al líder del CHP, Kemal Kiliçdaroglu. Es difícil que el líder opositor o Erdogan superen el 50% de los apoyos el domingo, por lo que el apoyo de la izquierda kurda será fundamental para los intereses de la oposición. De hecho, este pacto de no agresión para nombrar al nuevo mandatario turco ya lo ensayaron en las elecciones locales de 2019, en las que el voto kurdo fue crucial para asegurar la victoria opositora en las principales ciudades turcas, incluida Estambul. Porque aunque no se alineen con la oposición ni vayan a gobernar el país, los simpatizantes del HDP son plenamente conocedores de su fuerza para designar al nuevo máximo mandatario.