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LOS CABALLEROS DEL ZODIACO

Guerreros, deidades y mucha apatía


Este nuevo intento de trasladar un manganime al formato de la imagen real se ha traducido en un nuevo traspiés que ni tan siquiera contentará a los más aférrimos seguidores de la saga creada por Masami Kurumada, más bien todo lo contrario.

El debutante Tomasz Bagiński tan solo ha tomado como referencia uno de los muchos arcos argumentales del manga original para relatar la peripecia de Seiya, el cual es presentado como una especie de rebelde sin causa adolescente muy aficionado a pelear por dinero mientras se emplea en la búsqueda de su hermana, la cual fue secuestrada. En cierta ocasión y en pleno combate, el protagonista descubrirá ser poseedor de una serie de poderes místicos que desconocía, lo que le llevará a ser alistado como guardián de Atenea tras ser nombrado Caballero de Pegaso.

Más allá de esta premisa argumental, “Los caballeros del zodiaco” se presenta como un colorista festival pirotécnico que tras un interesante arranque cae en picado a medida que avanza una historia que flaquea por todos sus costados, sobre todo cuando los intérpretes son obligados a recitar diálogos ampulosos que nunca llevan a ningún lado.

En realidad, todo en este filme es un callejón sin salida y ni siquiera funciona como un sentido homenaje al célebre manga de Kurumada, porque todo lo que asoma de la chistera de los guionistas es pura invención en sus aspectos más relevantes.

Lo peor de todo es que el filme cogió un rumbo equivocado debido a la falsa trascendencia que emana de sus situaciones, y unos personajes apáticos y demasiado trascendentes en sus disquisiciones zodiacales. En definitiva, es algo que ya pasó con “Dragon Ball Evolution”: a mbas propuestas han sido ejecutadas desde despachos estadounidenses que utilizan a su antojo una licencia ajena a su cultura y han querido readecuar su discurso a un público mayoritario.