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«Las acciones resurgirán en todas partes», responde SDT a su disolución

«No se disuelve un levantamiento. Las acciones resurgirán en todas partes, con disolución o sin ella», advirtió el colectivo Soulèvements de la Terre tras la ilegalización decretada por el Gobierno francés argumentada por ataques a policías durante las protestas. La plataforma ecologista denunció que se trata de una decisión política.

Protestas en Nantes, una de las más de 140 que tuvieron lugar en el Estado francés contra el decreto de disolución. (Loic VENANCE | AFP)

El ministro de Interior francés, Gérald Darmanin, recibió ayer el aval del Consejo de Ministros a su decreto de ilegalización del grupo ecologista Soulèvements de la Terre (SDT), un colectivo que preconiza «la construcción de una red de luchas locales para impulsar un movimiento de resistencia» y realiza acciones para denunciar proyectos a los que responsabiliza de contribuir a la crisis climática.

«No se disuelve un levantamiento. Las acciones resurgirán en todas partes, con disolución o sin ella», respondió este colectivo.

Soulèvements de la Terre «es un movimiento horizontal lo que hace que no pueda ser objeto de disolución», insistió la letrada encargada de la causa, Ainhoa Pascual, que estima que el decreto gubernamental carece de bases sólidas y anunció que presentará recurso contra el Consejo de Estado.

«Creemos en la posibilidad de una victoria judicial para revocar esta inicua decisión, como ha ocurrido con otras disoluciones por motivos políticos en los últimos años», remarcó la plataforma.

El titular de Interior defendió la disolución en una declaración parlamentaria en la que recordó la acción del 25 de marzo contra la construcción de embalses para explotaciones de agricultura intensiva en Sainte-Soline, y advirtió de que «ninguna causa justifica que se hiera a policías y gendarmes», un argumento que reiteró la primera ministra, Élisabeth Borne.

Sin embargo, eludieron referirse a los heridos graves -un manifestante fue evacuado entre la vida y la muerte- con que se saldó la carga policial contra centenares de personas opuestas a ese proyecto. Darmanin ha empleado en diferentes ocasiones este argumento para preconizar la disolución de SDT, red a la que el decreto acusa de practicar acciones y sabotajes «al amparo de un discurso ecologista».

El procedimiento permaneció bloqueado durante más de dos meses y, finalmente, ha prosperado tras una nueva manifestación apoyada por SDT el pasado fin de semana contra la conexión ferroviaria Lyon-Turín y la protesta itinerante en Loire-Atlantique para denunciar la explotación de arena con fines industriales en Saint-Colomban. Ya el pasado 5 de junio una vasta operación policial se saldó con una quincena de personas detenidas, entre ellas, un vecino de Baiona y otro de Hendaia, a los que en los interrogatorios se les preguntó de manera reiterada sobre los métodos de acción directa contra el cambio climático mediante bloqueos o sabotajes.

En su apuesta por esa ilegalización, el Ministerio de Interior llegó incluso a cuestionar la labor de una organización no gubernamental tan reputada como la Liga de Derechos Humanos (LDH) por sus advertencias sobre la vulneración de los derechos de protesta y sobre la deriva autoritaria del Ejecutivo de Emmanuel Macron.



Protestas y denuncias por intentar acallar la disidencia

Varias movilizaciones rechazaron ayer la disolución de Soulèvements de la Terre en París y en numerosas localidades francesas, así como en Baiona. La Liga de Derechos Humanos, sindicatos como Solidaires y formaciones como Europe Écologie-Les Verts (EELV), entre otras, denunciaron la pretensión de «hacer callar a la disidencia política» y de cuestionar las libertades de asociación, manifestación, expresión, así como los derechos de defensa. «Veo una deriva real. El presidente de la República sigue criminalizando a los movimientos sociales. Es peligroso», denunció el diputado Julien Bayou (EELV). «Quedarán como los que no han entendido nada de los retos del clima», criticó su colega Sandrine Rousseau (EELV), en referencia a Macron, Borne y Darmanin. Jean-Luc Mélenchon, líder de La France Insoumisse, lamentó que los activistas sean «reprimidos como terroristas que no son». GARA