GARA Euskal Herriko egunkaria

Putin trata de atar en corto al Grupo Wagner entre rumores de purgas en el Ejército

Vladimir Putin, ha emprendido acciones para controlar los recursos de Wagner en África y Oriente Medio, donde lo ha comunicado a varios jefes de Estado. A la vez, medios de EEUU insisten en las purgas en el Ejército de los posibles aliados del grupo mercenario.

El presidente ruso, Valdimir Putin. (Sergei SAVOSTIANOV | AFP)

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha emprendido una ofensiva para hacerse con el control total del grupo privado de mercenarios Wagner tras la sofocada rebelión de su líder, Yevgeny Prigozhin.

Según “The Wall Street Journal”, Putin quiere asegurar a las autoridades de Siria, la República Centroafricana, Mali y otros países en los que opera la empresa de Prigozhin que el Grupo Wagner seguirá funcionando con normalidad en ellos, pero ahora gestionado directamente por el Kremlin.

Así, el viceministro ruso de Exteriores, Sergei Vershinin, voló a Damasco para entregar personalmente un mensaje en ese sentido al presidente sirio, Bashar al-Assad; otros altos cargos del Ministerio telefonearon al mandatario de la República Centroafricana, Faustin Archange Touadera, y se envió una misión a Mali.

Mañana concluye el plazo que Moscú dio a Wagner para firmar contratos con el Ministerio de Defensa o desmovilizarse, con la incógnita de cuántos seguirán a Prigozhin a su exilio en Bielorrusia y si pretende mantener el control sobre sus combatientes, que se calculan entre 25.000 y 30.000. Con ellos, Moscú ha logrado extender su influencia, sobre todo en África.

Putin reconoció que el Estado ruso ha financiado el grupo y que solo en un año le entregó unos 1.014 millones de dólares.

El jefe del Comité de Defensa de la Duma rusa, Andrei Kartapolov, estimó ayer que la lucha por el dinero y el control de Wagner fue uno de los detonantes de la sublevación.

Wagner genera, además, cientos de millones de dólares al año trabajando como fuerza de seguridad en Oriente Próximo y África o explotando sus recursos. En Siria, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, Moscú ha extendido el ultimátum a más de 2.000 mercenarios de Wagnerpara que se unan al Ejército o abandonen el país y, según el Pentágono, la Inteligencia militar rusa ha comenzado a arrestar a algunos de los mandos. El Kremlin destacó el miércoles que la actividad de Wagner en República Centroafricana es un asunto interno de Moscú, y que mantendrá los asesores militares con los que cuenta en el país.

Este intento de controlar a los Wagner, se produce a la vez que Moscú trata de eliminar sus conexiones en el Ejército. Los rumores de purgas e interrogatorios entre los mandos de las fuerzas armadas apuntan sobre todo al general Serguei Surovikin por presuntos vínculos con la sublevación. Medios occidentales y rusos opositores lo consideran incluso detenido desde el pasado domingo. El Kremlin calificó estas publicaciones como una especulación, aunque no concretó su paradero y evitó valorar su situación.

Veronika Surovikina, hija del general, aseguró que mantiene contacto con su padre y que «no ha pasado nada. Todos (los mandos) están en sus puestos de trabajo».

Según “The New York Times” y los servicios secretos estadounidenses, Surovikin estaba al tanto de la insurrección de Prigozhin, que planeaba capturar al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y al jefe del Estado Mayor General, Valeri Guerasimov, confiando en que parte del Ejército ruso se sumase a su levantamiento.

El sábado, Surovikin publicó un vídeo con un llamamiento a los mercenarios a poner fin a la rebelión, casi idéntico al que publicó el teniente general Vladimir Alekseyev, subjefe del Estado Mayor, unas imágenes que reforzaron los rumores sobre su detención.

Decepción en Kiev por la negativa de Israel a enviar armas

«Los rusos están matando a nuestros ciudadanos ¡e Israel aún rechaza vender equipamiento defensivo a Ucrania!», lamentó la Embajada ucraniana en Israel, después de que un ataque ruso matara a 12 personas en Kramatorsk. La negativa de Tel Aviv a enviar armas a Ucrania y romper sus relaciones con Moscú es motivo de creciente indignación y decepción entre las autoridades de Kiev, que exigen apoyo militar y medidas contundentes para aislar a Rusia. Tres días antes, la Embajada ya había lanzado su crítica a Israel por su «estrecha cooperación con la Federación Rusa» reprochándole sus lazos diplomáticos y no estar enviando «apenas» ayuda humanitaria a Ucrania. Según el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la negativa se debe al temor a que las armas acaben en manos de Irán, que -aseguró- no es solo «una posibilidad teórica». «Ha pasado con las armas antitanque occidentales que encontramos en nuestras fronteras», afirmó. La Embajada tildó la afirmación de «ficticia y especulativa».GARA