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GRAND DÉPART DEL TOUR EN EUSKAL HERRIA

Los Yates y la afición vasca triunfan y Mas y Carapaz quedan eliminados

Los dos hermanos se pusieron de acuerdo para atacar y aprovechar el parón tras la primera selección de Pike Bidea y Adam se impuso por delante de Simon y Tadej Pogacar, que logró cuatro segundos de bonificación. Mikel Landa entró en el primer grupo de catorce ciclistas y una caída llevó al abandono del líder del Movistar y del ecuatoriano, quien terminó a quince minutos.

Adam Yates celebra su primer triunfo en una grande delante de su hermano Simon. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

Adam Yates (UAE) logró ayer su primera victoria en el Tour por delante de su hermano Simon en la etapa inaugural más dura de la historia de la carrera con salida y llegada en Bilbo y 182 kilómetros que provocaron la primera selección de catorce ciclistas en las duras rampas de Pike Bidea, donde la pasión ciclista que se vio en todo el recorrido llegó a su máxima expresión con un ambiente espectacular.

La nota triste de la primera etapa estuvo en la caída sufrida a 22 kilómetros de meta por dos de los principales candidatos al podio, Enric Mas y Richard Carapaz, que quedaron eliminados. El balear protagonizó el primer abandono con «un fuerte golpe y dolor en el hombro derecho, zona escápula», según anunció su equipo. El campeón ecuatoriano, para el que trabajó su equipo en la subida a El Vivero-Ganguren, ya sin compañeros, logró acabar a quince minutos, pero después decidió abandonar.

El balear había conseguido dar la vuelta al bloqueo que le atenazó en las bajadas el año pasado en el Tour antes de abandonar tras las graves caídas sufridas durante la temporada y la desgracia le volvió a perseguir en su intento de alcanzar el podio de París.

Tensión en la parte final

La caída fue la consecuencia de la tensión con la que vivieron los favoritos la parte final. Muchos equipos querían lograr el primer maillot amarillo y por eso la escapada del día formada por Lilian Calmejane (Intermarché), Simon Guglielmi (Arkéa), Jonas Gregaard (Uno-X), Valentin Ferron (Total) y Pascal Eenkhoorn (Lotto), que ganó el sprint intermedio, no tuvo la opción ni de pelear por el primer maillot de la montaña. El pelotón los tuvo en un margen inferior a los dos minutos y los atrapó a 50 de meta.

En El Vivero-Ganguren empezaron a trabajar con fuerza UAE, Jumbo y Education First y se seleccionó el pelotón. Neilson Powless coronó el primero por su trabajo en cabeza y eso le permitió ser el primer líder de la montaña.

Jumbo, Soudal Quick-Step, UAE e Ineos aceleraron en el pelotón en la aproximación a Pike Bidea y fue Felix Grossschartner (UAE) el primero en moverse con un ataque a pie de puerto. El austríaco fue atrapado a un kilómetro del alto, 700 metros antes de coronar Adam Yates cogió la cabeza del grupo y se quedó por delante con su líder Tadej Pogacar, Jonas Vingegaard y Victor Lafay. El esloveno aumentó el ritmo, pero solo el de Cofidis quiso colaborar y el danés prefirió mantenerse a rueda.

Eso permitió que llegaran por detrás los hermanos Yates, que tras atrapar a la cabeza de carrera atacaron en busca de la victoria de etapa con una colaboración fraternal que solo acabó en una subida final en la que Adam fue más fuerte que Simon. Pogacar completó una jornada perfecta para UAE al lograr cuatro segundos de bonificación. El Jumbo, a pesar de tener superioridad en el grupo perseguidor, tampoco quiso anular la escapada para que el esloveno aprovechara su velocidad para ganar la etapa y sumar diez.

Mikel Landa, aunque no estuvo con los mejores en Pike Bidea, entró en el grupo de doce corredores que llegó a doce segundos, con Thibaut Pinot, Michael Woods, Victor Lafay, Jai Hindley, Mattias Skjelmose, Jonas Vingegaard, David Gaudu, Wout van Aert, Carlos Rodríguez y Wilco Kelderman. A 33 segundos entró un segundo grupo con Álex Aranburu y Pello Bilbao, que sufrió un pinchazo que le impidió entrar en el primer grupo, y otro de los candidatos al podio, Ben O’Connor, junto a Egan Bernal, Julian Alaphilippe, Giulio Ciccone y Mathieu van der Poel, que no pudieron estar en la pelea de la etapa y el liderato.

Un ambiente espectacular

Al margen de la carrera el ambiente fue espectacular, con una afición volcada con los ciclistas desde la salida de San Mamés con una marea naranja y de ikurriñas que alcanzó su máxima expresión en la subida de Pike Bidea con una multitud de aficionados que animaron a sus corredores sin provocar ningún problema. Como siempre.

Ion Izagirre señalaba a GARA que «ha sido increíble. Ya nos habían dicho que en la subida final iba a haber mucha gente y así ha sido. Me da pena no haber podido estar más adelante, pero esto acaba de empezar y a ver si en las dos etapas siguientes seguimos disfrutando. La segunda es la de casa y ánimos no faltarán».

Sobre su rendimiento comentaba que «no he estado bien. Esto es el Tour, no perdona y no he tenido mi mejor día, pero esto acaba de empezar. En El Vivero me han preguntado a ver qué tal estaba, Victor Lafay me ha dicho que tenía buenas sensaciones y he intentado ayudarles a él y a Guillaume Martin. Al coronar con Pogacar y Vingegaard ha dejado claro que está fuerte».

El guipuzcoano del Cofidis añadió que «ha habido mucha humedad y no es lo mejor, pero para todos hace el mismo clima, así que no hay excusa. Hemos ido muy, muy rápido, igual en la televisión no se apreciaba porque el pelotón iba muy ancho, pero la velocidad ha sido muy alta».

Para Ion Izagirre, para su hermano Gorka y para Álex Aranburu será especial la segunda etapa entre Gasteiz y Donostia, que también es exigente, con 209 kilómetros, la más larga de este Tour, y 3.000 metros de desnivel con las subidas a Udana, Aztiria, Alkiza, Gurutze y Jaizkibel desde Hondarribia, 8,1 kms, al 5,3%, que se corona a 16,5 de meta. En el alto habrá ocho, cinco y dos segundos a los primeros.

«Hablamos todos los días los últimos veinte años»

Adam Yates señaló tras la victoria más especial para la familia que «hemos aprovechado que había confusión detrás para ir a tope. Estar con tu hermano escapado en un final de etapa del Tour los dos solos es superespecial. Somos superhermanos, hemos hablado todos los días los últimos 20 años, pero en esta preparación él se entrenó solo, yo hice Dauphiné, y él no, pero solemos entrenar juntos siempre que podemos».

Añadió que «cuando nos hemos ido le he dicho que podía trabajar, esto es ciclismo profesional. Tadej me ha dado libertad para trabajar porque atrás había confusión y hemos ido a tope hasta meta. Aunque tenga yo el maillot, Tadej ha demostrado que está en muy buena forma y estoy seguro de que será un dolor para los demás las próximas tres semanas». J.I.