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La retirada de Mark Rutte de la política abre una nueva era en Países Bajos

La retirada de la política de Mark Rutte, el primer ministro que más tiempo ha permanecido en el cargo en Países Bajos y superviviente a numerosas crisis, abre una nueva época en el país con grandes incógnitas ante las elecciones anticipadas del próximo otoño.

El primer ministro neerlandés, Mark Rutte. (Remko DE WAAL | AFP)

El anuncio del primer ministro neerlandés, Mark Rutte, de que dejará la política después de las elecciones generales anticipadas previstas para otoño pone fin a la carrera más larga como jefe de Gobierno en la historia de Países Bajos y que le había llevado a ganarse al apodo de «Teflón» por haber sobrevivido a los varios escándalos que han sacudido a sus cuatro Eejcutivos desde 2010.

El adelanto de las legislativas fue provocado por el derrumbe de su última coalición, debido a disputas internas sobre el endurecimiento de la política de asilo neerlandesa.

«Me siento bien, pero por supuesto es un momento importante para mí personalmente», afirmó el líder de la derecha liberal (VVD). Es el segundo jefe de Gobierno con más años en el cargo de la UE, tras el húngaro Viktor Orban.

El viernes aún decía que todavía tiene energía para aspirar a un quinto mandato, pero que primero tenía que «pensarlo» y ayer sorprendió al anunciar su retiro de la vida política ante los atónitos diputados. Añadió que permanecerá en su puesto de forma interina hasta las elecciones, que no se realizarán antes de mediados de noviembre, según la junta electoral neerlandesa. Rutte destacó por su férrea defensa de una «austeridad» que golpeó a los países del sur europeo y por su apoyo a Ucrania.

Si bien aún no ha surgido un sucesor claro dentro del VVD, la campaña electoral para la era posterior a Rutte promete ser una de las más acaloradas en décadas, tras la aparición de una formación de agricultores, la BBB, que quedó primera en las autonómicas de marzo en todos los consejos regionales, así como en el Senado.

Su líder, Caroline van der Plas, dijo estar «muy sorprendida» por la decisión, que, sin embargo, consideró «muy sabia». Agregó que «todavía no está segura» de si quiere convertirse en primera ministra, pero que «la buena noticia para Países Bajos es que se elaborará una nueva política».

El ministro de Justicia, Dilan Yesilgoz, y la líder del grupo parlamentario VVD, Sophie Hermans, exasistente de Rutte, se encuentran entre los favoritos para suceder a Rutte como cabeza de lista de su partido en las elecciones.

El ministro de Exteriores, Wopke Hoekstra, también renunciará como líder del partido democristiano CDA, uno de los socios de la coalición caída.

La otra socia de Rutte era Sigrid Kaag, del progresista D66, cuyo futuro también está en el aire, después del golpe electoral de marzo.

El socialdemócrata PvdA y los verdes GroenLinks quieren presentarse como bloque de izquierdas, pero todavía no tienen claro cómo elaborarán la lista electoral.

La mayoría de los diputados elogió ayer el trabajo de Rutte como primer ministro durante estos trece años, pero aplaudieron su marcha.