Con buen ritmo narrativo

Si se ha instaurado como un valor de uso político el relato, la jornada inaugural de la nueva legislatura se ha caracterizado por un magnífico ritmo narrativo, con su dramatismo, su suspense, sus giros y subtramas, lo que se ha convertido en una buena pieza para la historia audiovisual del género. Los matices y las circunstancias dan para escribir desde la autoridad de los hechos, pero también desde la subjetividad de las expectativas y la proyección de futuro que se puede confeccionar con las lecturas entre líneas de los mensajes previos, los del instante de la votación y los posteriores.

El relato notarial es que la presidencia del Congreso se ha logrado con mayoría absoluta en primera vuelta dejando a Francina Armengol con un respaldo más que suficiente y quedando la delirante posibilidad de la banda del menguante Feijóo al borde del ataque de realidad y de entrada en una crisis de efectos desconocidos. La ruptura entre PP y Vox, en esta sesión, se puede entender como un ensayo general para la travesía del desierto o una de las muchas tropelías y escaramuzas que van a protagonizar para hacerse cada facción con su supuesto granero de votos fieles muy ideologizados.

A vista de pájaro carpintero con mando a distancia, el optimismo se ha traducido en alegría, el cinismo en rutina pesimista y ahora nos espera ver cómo transcurren los próximos planos secuencias de esta serie que puede ser de acción o romántica dependiendo de todo lo que se vaya pactando y resolviendo. Y si es a este ritmo, el entretenimiento parece asegurado, aunque es un relato de miedo.