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ENTREVISTA
Entrevue
Alfredo González-Ruibal
Arqueólogo y autor de «Tierra arrasada»

«Los primeros en practicar genocidio son los europeos con los no europeos»

En “Tierra Arrasada” (Editorial Crítica, 2023), su décimo libro, el arqueólogo madrileño Alfredo González-Ruibal ofrece una radiografía de la historia de la violencia humana desde el Paleolítico hasta el siglo XXI. Explica sus orígenes, los genocidios en la expansión colonial, la triste herencia de la Inquisición y por qué Europa es la región más violenta.

(GARA)

El doctor en Arqueología e investigador del CSIC Alfredo González-Ruibal, que dedica buena parte de su tiempo profesional a indagar en yacimientos arqueológicos -Brasil, Italia, Polonia, Sudán, Guinea Ecuatorial, Etiopía, Yibuti, Somalilandia, Estado español...-, recorre en su última obra los hitos en la historia de la violencia humana. Esa que comenzó, en clave de un grupo contra otro, hace más de 6.000 años... como mínimo.

¿Le ha influido en algo escribir el libro en un contexto de guerra en Europa?

La verdad es que no, el contexto de guerra es casualidad. El libro, en última instancia, surgió de una clase que di en un máster, sobre historia militar, en la Universidad de Santiago. Llevo muchos años dedicados a la arqueología del conflicto y esta es una historia de la violencia de larga duración. Nunca había nadie contado algo que cubra toda la experiencia humana. Es un ensayo porque pretende ser más que un libro académico, tiene unas tesis detrás, unas ideas sobre lo que es el conflicto, la guerra... Es una reflexión.

¿Cree que hay alguna región del mundo en la que se haya cebado más la violencia?

Quizás deberíamos hablar de zonas donde la violencia ha sido menos habitual porque pensamos que la violencia es habitual a lo largo del tiempo y el espacio, y hay zonas donde lo ha sido menos. Y una de ellas es el África subsahariana. Es importante subrayarlo, porque ahora lo asociamos a lo peor y es algo relativamente reciente. África fue un continente relativamente pacífico, en dosis muchas menos intensas desde luego que en Europa.

Conocemos menos los territorios del sudeste asiático o la India, pero si comparamos la historia de India con la de Europa, India es en términos generales más pacífica hasta el siglo XVI por lo menos.

En Europa tenemos mucha evidencia de violencia desde momentos muy antiguos, pero hay un sesgo de información: tenemos tantísima que es difícil de comparar con otros lugares. Lo vemos en dos elementos clave. Uno de ellos es que en Europa es donde primero se aplica a la guerra la innovación tecnológica; y luego está el hecho de que en Europa hay tradición de asentamientos fortificados que van desde el IV milenio antes de Cristo hasta finales del siglo XIX. Eso nos indica que Europa ha tenido una tradición intensa, duradera y fuerte de conflicto armado. A partir de finales del siglo XV ese modo europeo de hacer la guerra se globaliza.

¿Cuál fue la primera gran batalla bélica europea?

Con los datos que tenemos en la mano, la del año 1250 a.C. en el valle del río Tolense (nordeste de Alemania) es el primer gran conflicto europeo. Implicó a comunidades que vivían muy distantes. Quizás hubo otras antes, pero esta la pudimos documentar arqueológicamente. Es la guerra de Troya europea, podría decirse. Involucró a gente que venía de Bohemia, de Escandinavia... A partir de los análisis químicos de isótopos sabemos que vino gente de zonas muy distantes. Es un enigma por qué se desencadenó ese conflicto, con 4.000 o más personas.

Creo que para esa época en toda la Europa central habían surgido jefaturas, pequeños estados dirigidos por líderes guerreros. Toda la zona estaría fragmentada en pequeños reinos que competían entre sí. Fue un modelo semejante al de la Europa bárbara de después del siglo V.

Hay cosas que uno asocia a la modernidad, o al menos al último siglo, como las fosas comunes. ¿Cuáles son las más antiguas? ¿Es costumbre ancestral entre enemigos?

Existen desde hace mucho tiempo. Realmente las que más se parecen a las actuales son las del Neolítico. Con la modernidad aumentan exponencialmente, están relacionadas con las grandes masacres, con la violencia ideológica que hace que no se respete la vida de los no combatientes y con la deshumanización a partir de finales del siglo XIX.

Antes se le concedía humanidad al otro, sobre todo antes de la expansión colonial. A finales del XVIII es cuando cuajan las ideologías que todavía tenemos ahora y aparece esa violencia ideológica revolucionaria tanto de izquierdas como de derechas. Y por otro lado tenemos la segunda oleada de expansión colonial a lo largo del siglo XIX, en la que se produce una violencia excesiva, donde no se considera humano al otro.

¿Es ahí, en el pasado más próximo paradójicamente, cuando empieza un estadio más salvaje de violencia?

Violencia salvaje hay desde que hay seres humanos anatómicamente modernos. Huellas de violencia hay desde hace 12.000 años. Pero una cosa es practicarla con el enemigo y otra que le niegues su humanidad. Esto es algo que no sucede hasta tiempos más contemporáneos, no existe en momentos anteriores. Hay pogromos antisemitas en la Edad Media, pero incluso entonces se les concedía humanidad.

Los primeros en practicar los genocidios, el exterminio planificado de un ser humano para que no quede ninguno, son los europeos con los no europeos. Una vez que sucede, lo tenemos en otros contextos, como Ruanda, donde probablemente no hubiera existido si no hubiera habido colonización. En el sentido más extremo, se puede decir que lo de no garantizar al otro su humanidad y hacerlo exterminable es patente europea.

En la historia española se puede considerar que la Inquisición es algo similar...

Sí, en la Inquisición católica está la semilla. Antes de eso está la idea de la limpieza étnica. La idea de que España era para los españoles y que los españoles eran los cristianos viejos. Esas ideas de pureza de sangre y homogeneidad étnica son el germen del genocidio, aunque eso no significa que acabe en genocidio. Más que la Inquisición, se puede decir el impulso de limpiar étnicamente y religiosamente un país. Como lo que buscaban los nazis, la monarquía hispánica expulsó a los judíos, luego a los musulmanes y sus descendientes, y España se queda teóricamente como país homogéneo.

¿La guerra entre colectivos comienza en el IV milenio a.C.?

Sí, lo que entendemos por guerra solo surge en el caso de Europa y es en ese momento cuando empezamos a ver elementos característicos de la guerra frente a otros tipos de violencia colectiva. Guerreros, por ejemplo, que dedican parte de su vida o todo su tiempo a la función militar, con una serie de normas que rigen la conducción de la guerra. Es el elemento definitorio para mí. En el Próximo Oriente quizás deberíamos irnos más atrás, quizás sexto milenio a.C..

¿En la Península Ibérica hay alguna peculiaridad? ¿Y en Euskal Herria?

De las cosas más interesantes de la Península Ibérica es la aparición de las primeras fortificaciones que se conocen en Europa occidental, poblados con murallas, en el sur de España, anterior a los íberos, fortalezas realmente espectaculares, con talleres de fabricación de puntas de flecha.

Del País Vasco no hay datos elocuentes hasta la Edad de Hierro, siglo IX a.C.. Es un paisaje fragmentado con muchas fortificaciones, donde tendríamos comunidades que son independientes unas de otras, pequeños poblados. Hay una frase que me gusta mucho de un historiador que dice que las montañas rechazan la gran historia, y es un poco lo que le pasa al País Vasco: las montañas siempre se les han atragando a los imperios.

En el País Vasco, cerca de Laguardia, está San Juan Ante Portam Latinam, un sitio interesante, de 3.000 años a.C.. Se encontró un sepulcro colectivo. Se pensó que habían arrasado a una población entera, y no, era un sitio donde habían enterrado a la gente, no era una batalla ni una masacre, sino una especie de cementerio pero enterrados todos juntos. Serían protovascos.

¿Cuál es la práctica violenta de un grupo contra otro que más le haya espantado por su sadismo, por la ingeniería del mal?

La verdad es que, al final, de entre todas las masacres unas se parecen mucho a las otras. Cualquier masacre donde hayan matado mujeres, ancianos y niños es escalofriante y lo tenemos a lo largo de un periodo muy largo en muchos sitios distintos. Pero nada se acerca nunca al Holocausto. Estuve hace poco en Polonia y luego de haber excavado fosas... eso es indescriptible. Nunca se acaba de entender el horror, es algo que rompe todos los esquemas. El Holocausto rompió con la historia, marcó un antes y un después. Cuantitativamente se puede decir que la invasión de los mongoles mató a más gente, pero ir a un psiquiátrico y matar a tiros a 1.800 personas, y matar a niños con inyecciones porque eran discapacitados… Es difícil encontrar algo parecido a lo de los nazis. Muchas veces se habla del estalinismo, que fue horroroso y causó un sufrimiento inimaginable, pero la violencia estalinista encaja en la violencia masiva que hemos visto en otra época, la de los mongoles. Es más comprensible en perspectiva histórica. Lo de los nazis desafía la capacidad de comprensión.

He leído que para usted la arqueología es un ejercicio de compasión. Dígame por qué.

Cuando uno está excavando una fosa común o restos de un poblado destruido, tocas restos de otra vida, es muy difícil no establecer un vínculo con las personas que desaparecieron hace mucho tiempo y que siguen presentes a través de esos objetos. Conectamos con ellas. Nosotros trabajamos directamente con la historia que se puede tocar y es imposible no sentir esa emoción.