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DE REOJO

Entre marco y marca


Ahora todo debe encajar en algunos marcos que contienen muchas letras, números y paréntesis. El famoso marco de la Constitución española parece un lugar común, algo así como un redil de plastilina. Pero encabezas o culminas unas frases vacuas con un «siempre dentro del marco de la constitución» y adquieres rango de autoridad constitucionalista. Por lo tanto, lo que supuestamente piden los denominados independentistas catalanes y el retruécano que firma Urkullu, buscan siempre rozar el marco constitucional porque están convencidos de que todo es interpretable y hasta susceptible de ser cambiado.

Dentro de ese marco o de otro marco todavía más subjetivo, ¿dónde colocamos la reacción de la prensa más extremista en el caso Rubiales? Cuesta entender que se haya politizado este asunto de una manera tan rijosa. Para atacar al sanchismo o para insistir en vilipendiar a Irene Montero, ¿se puede defender el machismo y la imbecilidad del hijo con mamá manipulada? Se puede entender que algunos medios y algunos ejecutantes de las misivas de propaganda de ese foco de corrupción se mantengan tibios o fieles para no perder ni anuncios, ni sobresueldos, pero, ¿no ha quedado claro en qué espacio social nos movemos?

Parece que no, y se está convirtiendo en algo penoso, porque ahora se defiende es esa entelequia llamada marca España, asunto cargado de malas intenciones, porque se prioriza por encima de la lucha antimachista que se conceda la organización de otro mundial de fútbol. Hay que seguir insistiendo en el #SeAcabó pero de manera más fuerte.