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FINGERNAILS

Entonces supimos que nos quisimos


Christos Nikou continúa su línea de investigación sobre los afectos que crecen en los márgenes de los caminos que transitamos cuando buscamos, todos a una, sentir algo de forma verdadera y personalísima. En ‘‘Apples’’, su ópera prima (inauguró Orizzonti en la Biennale de 2020), Nikou seguía un romance improbable -que no por ello menos adorable-, en el contexto de una pandemia de amnesia. En ‘Fingernails’, urde de nuevo un universo desafectado donde permitirnos volver a creer en el amor. Su protagonista, Anna (Jessie Buckley), acepta orgullosa un puesto en un instituto de evaluación del amor, en el que dio positivo con su novio (Jeremy Allen White), y allí conoce a Amir (Riz Ahmed)... Dudas, rubores y una máquina que comprueba cuán genuino es el sentimiento amoroso.

Es ciencia ficción de corte minimalista (cerca de la ‘‘Langosta’’ de Lanthimos, con una dosis menos de crueldad), que deposita sobre una especie de microondas de juguete y algunas líneas de diálogo todo el peso de una revolución tecnológica potencialmente descomunal. La sencillez permite que los tres bustos del reparto sobresalgan con naturalidad: Jessie Buckley explota su escepticismo infantil, Jeremy Allen White nos invita a buscarlo tras sus rasgos pronunciados y Riz Ahmed encarna una normalidad transparente y deliciosa. Christos habla en términos satíricos, y así dispone una puesta en escena fría e intelectual, pero su historia respira romance: pide enamorarnos de un trío que no puede hacer más que querer.