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ZINEMALDIA 2023
Entrevue
Isabel Herguera
Directora de “El sueño de la sultana”

«Para nada me podría imaginar estar en la Sección Oficial»

Isabel Herguera opta a la Concha de Oro con “El sueño de la sultana”, la primera película de animación europea que lo hace. La artista y realizadora de cine de animación cuenta el sueño que tuvo la autora feminista hindú Begum Rokeya Hossain en su primer largometraje y la propia directora está viviendo su sueño al presentar el trabajo en competición.

(Jon URBE | FOKU)

 

Isabel Herguera (Donostia, 1961) no oculta su emoción al competir por el máximo galardón del festival donostiarra. «Para nada me podría imaginar estar en la Sección Oficial». Confiesa que «la emoción es mucho más fuerte al estar en casa». Precisamente muestra su agradecimiento a Tabakalera, donde desde 2016 ha llevado a cabo el ingente trabajo al frente del proyecto.

Le cuesta tomar distancia. «Es muy difícil para mí en estos momentos decir ‘verdaderamente esta es una película buena’. Todavía estoy sumergida en el mundo que hemos creado con todas las dudas, con todas las cosas positivas y también con todos los miedos. Ahora estamos emergiendo y pensando ‘quizás no estaba tan mal‘». La respuesta refleja su humildad.

También el hecho de que antes de nada se acuerde de su compañera de fatigas Bego Vicario al mencionarle su labor pionera en la animación en Euskal Herria. Herguera fue la primera artista que realizó instalaciones audiovisuales con animaciones. «En la animación de cortos independientes hay muchas más mujeres que hombres, ya que lo puedes hacer desde casa. Hay más libertad y menos recuros económicos. Al contrario, en la animación industrial hay menos mujeres pero cambiará».

«Las mujeres siempre han trabajado en el cine. Otra cosa es que tuvieran la posibilidad de dirigir o de estar en puestos de mayor relevancia. Poco a poco se nos están dando más posibilidades. No es fácil para una mujer tener que mentalizarse a sí misma para asumir este tipo de puestos de responsabilidad con todas las exigencias y características que conlleva, de ambición, deseos de carrera... que siempre se han asociado a los hombres», reflexiona.

DESCUBRIMIENTO

En 2012 Herguera conoció el libro “Sultana's dream” en una galería de arte de Nueva Delhi. Y a través de la publicación a su autora, Begum Rokeya Hossain. «¡Fue un descubrimiento total!», dice. «En aquel tiempo apenas había referencias suyas en internet, a lo largo de estos diez años se ha suscitado interés por la figura de Rokeya».

«Es un mundo al revés donde las mujeres están al poder, y los hombres viven en reclusión, detrás del velo, en purdah. Fue escrito por una mujer sin apenas acceso a la educación formal hace cien años. ¡Cómo pudo imaginar algo tan radical viviendo en un mundo tan recluido! Me acordé de mi abuela... ¿Cuál es la relevancia del cuento de Rokeya hoy en día? ¿Puede escandalizar tanto como lo hizo a comienzos del siglo XX? ¿Hasta dónde hemos llegado?, son las preguntas que subyacen en la película».

Inés, la protagonista, es una joven donostiarra incapaz de soñar y un poco perdida que descubre accidentalmente el libro “El sueño de la Sultana” donde se describe el País de las Mujeres, un lugar donde las mujeres son todas científicas y tienen el poder mientras que los hombres están encerrados en casa, limitados por su ignorancia. Fascinada por este clásico de la literatura utópica feminista, y por su autora, la escritora y activista musulmana Begum Rokeya Hossain, Inés se embarca en un viaje iniciático a través de la India en busca de las trazas de la autora y del País de las Mujeres.

Nada más leer el libro vio material cinematográfico. Y se puso manos a la obra. Lleva una década dedicada al proyecto, en mayor o menor medida. Puso en marcha los primeros talleres en torno a la publicación en la India, país de origen de la autora y que Herguera conoce muy bien, ya que estuvo impartiendo clases durante años. «Me invitaron al National Schoool of Design a impartir un taller de animación. Salíamos dos horas a dibujar a la calle cada día», recuerda.

Fue así como ejercitó la mano. «Es la base de donde surgió el corto anterior ‘Ámár’ y ‘El sueño de la sultana’. Es el registro de los lugares y la atmósfera, de estar sentado viendo lo que pasa sin pensar mucho. Es ejercitar esa capacidad que tenemos de representación instintivamente, sin necesidad de pensar mucho».

Ha sido fiel al cuento. «La historia que ella propone es muy sencilla y se adaptaba muy bien a ser interpretada visualmente», afirma.

Cada una de las partes en las que se sustenta el filme se refleja por medio de una técnica de animación. El segmento que trata sobre el viaje iniciático de la protagonista, Inés, está ambientado en la actualidad y se lleva a cabo en animación tradicional 2D en acuarela. «Refleja mis cuadernos de viaje, tenía que ser acuarela. Son un poco más libres, aunque con cierta coherencia y consistencia cinematográfica para que pudiéramos tener continuidad en la historia. Los fondos se han creado en Tabakalera en colaboración con Ángel Peris, que tiene exposición en Cristina Enea. Quería trabajar con un pintor y encontré el compañero perfecto y con Sandra Garaioa, que viene de la ilustración. Nos encerramos seis meses y le dimos el carácter y la atmósfera a la película», indica.

Esa parte surgió tanto de la imagen como de la palabra. «Yo soy imagen y Gianmarco [Serra] es palabra. Hemos llegado a un equilibrio», cuenta sobre su compañero de trabajo y vida. Ambos firman el guion de la película.

OLORES, COLORES, SONIDOS...

La cinta destaca también la banda sonora, que logra que el espectador se imbuya de los sonidos, olores y colores de las calles de la India. «Ladridos de perros, ruidos de la ciudad, helicópteros que pasan... buscábamos una textura sonora que estuviese muy presente. Los sonidos han sido grabados en los lugares donde corresponden las imágenes», explican.

Los fragmentos referentes a la vida de Rokeya están ambientados en la India de principios del siglo XX, y usan la técnica de recortables, que hace referencia al teatro de sombras típico de esa época. «Es un arte popular muy conocido en el tiempo en el que Rokeya crecía. Está hecha por Marian Manero Muro y Edu Elosegi. También tuvimos la ayuda de Moushumi Bhowmick, afamada poetisa y cantante de Bengala. Escribió la letra de la canción que relata la vida de Rokeya. Y Tajdar Junai, músico bengalí que compuso el tema. Queríamos que un trovador cantase la vida, como se hacía antiguamente», explica. Y la parte dedicada a Ladyland se ha llevado a cabo íntegramente en el estilo “Mehndi” (tatuaje temporal), utilizando exclusivamente la henna. «Me parecía que era muy simbólico. Un día antes de la boda las mujeres se pintan brazos y piernas para la noche conyugal. Los dibujos fueron realizados en la India. «La imagen está tan cargada, tiene tantísima textura, que los personajes tienen menos margen para actuar. Esto nos interesaba mucho porque la animación 2D es la más cara. Conseguimos mantener la narración sin grandes actuaciones y grandes movimientos», cuenta.

El estreno del filme va acompañado de dos muestras que la directora protagoniza en Tabakalera y en la galería Arteko. «Dos exposiciones y estar compitiendo por la Concha de Oro en Donostia... ¡Mejor imposible. Es como tener cumpleaños todos los días!», exclama, feliz.

Acuarelas que destacan por su colorido, dibujos realizados con henna, cuadernos de viaje y recortables animados sobre un multiplano son algunos de los contenidos que el visitante puede contemplar hasta el 7 de enero en la muestra que alberga Tabakalera. En Arteko, por su parte, presenta ‘‘El viaje animado / Bidaia animatua’’, que recorre su trayectoria previa a ‘‘El sueño de la Sultana’’. Se puede visitar hasta el 2 de diciembre.