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Trump, de nuevo desafiante en el primer día del juicio por fraude

Donald Trump, acusado junto con dos de sus hijos de haber inflado el valor de sus activos inmobiliarios en miles de millones de dólares en la década de 2010, se sentó ayer ante un tribunal, donde volvió a mostrarse desafiante contra la fiscal, el juez y el proceso en general.

Trump y sus abogados, ante el Tribunal. (Brendan MCDERMID | AFP)

El expresidente estadounidense Donald Trump, juzgado civilmente en Nueva York por fraude, se sentó flanqueado por dos de sus abogados, Chris Kise y Alina Habba, frente al juez de Nueva York Arthur Engoron, que presidirá el proceso durante semanas.

Nada más llegar al Tribunal de Manhattan, ante un bosque de cámaras, Trump acusó a la fiscal jefe del estado de Nueva York, Letitia James, que le exige 250 millones de dólares, de ser «racista» y «un espectáculo de terror». Calificó este juicio civil, uno de los primeros de una larga serie, como una «estafa» y una «farsa». Y continuó cuando abandonó la sala a mediodía, atacando al «juez canalla».

Este juicio civil, que durará hasta el 22 de diciembre y podría amenazar el imperio económico del empresario, comenzó con declaraciones preliminares de ambas partes.

Del lado de Trump, Kise defendió a un «presidente que construyó uno de los imperios inmobiliarios más exitosos del planeta» y negó la más mínima irregularidad contable. Su colega, Habba, insistió en que su cliente no había cometido «fraude», sino que estaba haciendo negocios inmobiliarios». Por su parte, la fiscal James acusó al magnate de «fraude reiterado» y «trampas» durante años. Su equipo reafirmó que el fraude ya había sido establecido legalmente y que las personas objeto de la denuncia civil «sobrevaluaron sus activos entre 812 millones y 2.200 millones de dólares por año» entre 2014 y 2021, lo que incluye su mandato presidencial.

El juicio de Nueva York cobró importancia la semana pasada cuando el juez Engoron dictaminó en una orden provisional que se había establecido un «fraude repetido» y que la Fiscalía ya había demostrado la sobreevaluación de los activos de Trump.

Aunque el juicio no implica prisión, ofrecerá un anticipo de los acontecimientos jurídicos que perturbarán su campaña por la nominación republicana. Acusado penalmente en cuatro casos, que hasta el momento no han perjudicado su popularidad entre la base republicana, Trump deberá comparecer a partir del 4 de marzo ante un tribunal federal en Washington acusado de intentar revertir el resultado de las presidenciales de 2020.