GARA Euskal Herriko egunkaria
ANTE UNA NUEVA INVESTIDURA

Comienza el tiempo del PSOE, en una pinza entre soberanistas y Sumar

El presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, ha iniciado sus conversaciones formales para su nueva sesión de investidura tras el fracaso de Alberto Núñez Feijóo. Sumar pide que «no se conforme» y empuja cambios en «lo social y laboral» mientras que el gran reto es el encaje de las exigencias de Junts y ERC. El pleno se celebraría no antes de fin de mes.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, en el encuentro de mantuvieron ayer. (Carlos LUJÁN | EUROPA PRESS)

Todo un símbolo. El líder del PSOE recibió en la sede de Ferraz en la tarde de ayer al primer secretari del Partit dels Socialistes de Catalunya, Salvador Illa. Si bien el PSC es una entidad jurídica diferenciada del PSOE, en los hechos funcionan como si fueran una sola formación. El gesto de recibir a Illa en Madrid representa la relevancia que tiene la agenda catalana en las negociaciones para conformar un nuevo Gobierno con Pedro Sánchez al frente.

También es un símbolo que unas pocas horas antes tuviera un encuentro con la líder de la coalición Sumar y cuarta fuerza parlamentaria, Yolanda Díaz. Con la vicepresidenta en funciones se inauguraron así las rondas de conversaciones en el primer día en el que Sánchez pasa al centro de la escena, tras recibir el encargo por parte de Felipe de Borbón de buscar la confianza de la Cámara una vez fracasado el intento de Alberto Núñez Feijóo.

«El encuentro se enmarca en la comunicación permanente que mantienen Sánchez e Illa en el marco de las negociaciones para la investidura y es el primero que se realiza tras recibir el presidente el encargo del jefe del Estado para buscar los apoyos que permitan la formación de un Gobierno progresista. Los contactos [entre ambos] continuarán durante las próximas semanas de forma permanente», explicó el comunicado emitido por el PSOE. La decisión estratégica es que Illa tenga un rol importante en el encaje del pacto con los soberanistas, con un ojo puesto en el electorado no independentista (si todo sigue así, el PSC está cerca de recuperar el Govern en las próximas autonómicas).

Dato nuevo que también es todo un símbolo de la nueva etapa: la ronda de Sánchez incluirá, el martes-miércoles, a la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, según informaron a GARA fuentes de esta formación. Esa reunión constituirá el primer encuentro a pesar de ser un socio parlamentario habitual. Cuando se negoció en diciembre de 2019, los interlocutores fueron el entonces líder de Podemos, Pablo Iglesias, y la antigua portavoz socialista, Adriana Lastra. Las cosas han cambiado.

Fuentes de la dirección de comunicación del PSOE informaron que Sánchez se reunirá con todos los grupos menos con Vox y que «luego la comisión negociadora tomará el relevo para seguir hasta un acuerdo».

Los tres personajes clave de los próximos días son, por tanto, el ministro Félix Bolaños, la ministra María Jesús Montero y el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán. Los tres, madrileño, andaluza y navarro, «tienen repartidos los espacios de negociación y los tres reportan directamente con el presidente en funciones», recalcaron desde la cúpula de Ferraz.

Las mismas fuentes aseveraron a GARA que hacen bien los periodistas en descartar una investidura antes de fin de mes. Y directamente imposible antes del 17 de octubre. Lo más probable es que ocurra entre el próximo día 24 y el primer martes de noviembre. Pero los socialistas no quieren poner fechas, es una potestad que se quedan para sí: la convocatoria la define la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y no el jefe de Estado.

Quien se atrevió a dar un marco de tiempo es uno de los portavoces de Sumar y líder de Catalunya En Comú, Jaume Asens. «Habrá acuerdo seguro. Está lejos, pero habrá acuerdo», dijo a TV3 y consideró que el pleno de investidura se celebrará «la primera o la segunda semana de noviembre».

No sería del agrado del PSOE, que sabe que un día más es un desgaste mayor por parte de las derechas políticas y mediáticas. Cabe recordar que el domingo habrá una manifestación contra la amnistía en Barcelona y que Vox está organizando otra para el 29 de octubre en Madrid.

SUMAR PRESIONA

La información tras la reunión entre Sánchez y Díaz fue escueta. El PSOE indicó que se desarrolló «con cordialidad y confianza» y que acordaron «acelerar» para llegar a un pacto antes de que acabe el mes.

El negociador público de Sumar, Nacho Álvarez (el verdadero hombre que articula la estrategia y toma decisiones, pero en las sombras, es el jefe de gabinete de la ministra, Josep Vendrell), hizo declaraciones en las que afirmó que «la hoja de ruta (social y laboral) no puede quedar retrasada con respecto a la territorial» y aseguró que hay acuerdos en esa última materia, pero que hay muchos flecos pendientes en el resto.

«Llevamos casi dos meses negociando con discreción. Hemos avanzado en la agenda territorial importante y necesaria pero tenemos pendientes seguir avanzando en la dimensión social y laboral. No puede ser que el próximo acuerdo haga que el Gobierno funcione al ralentí, queremos programa ambicioso. Tenemos diferencias importantes en materia de reducción de la jornada laboral, en regulación de despido para que sea por una causa jurídica objetiva, y en reforzar el derecho a la vivienda», señaló en rueda de prensa.

Lo afirmado es congruente con lo que algunos diputados, sobre todo los de las confluencias regionales, vienen diciendo por lo bajo desde hace semanas. La idea es que se muestre la utilidad de Sumar en la coalición y empujar al PSOE a políticas más progresistas para que el electorado vea por qué debe votar a Díaz, cuya táctica y estilo dista mucho de Podemos, y no a PSOE. Ellos saben que Sumar fue víctima del voto útil en las últimas generales, de hecho.

Hablando de Podemos, su secretaria general, Ione Belarra, volvió a desmarcarse de Sumar y convocó una rueda de prensa propia, pidiendo a Sánchez «que se tome en serio la próxima legislatura, que no haya que elegir entre lo malo y lo peor. Lo malo sería una legislatura dejando las cosas como están y lo peor sería una repetición electoral, que pondría en bandeja de plata el Gobierno a PP y Vox». En ese sentido, pidió «responsabilidad» al PSOE, reiteró su anhelo de que siga Irene Montero al frente de Igualdad y exigió el congelamiento de los alquileres. Aclaró además que no habla por Sumar sino por Podemos.

Esas subnegociaciones, por llamarlas de alguna manera, también marcarán el destino del próximo posible Gobierno: la disputa interna entre los independentistas catalanes y también en la que libra en la llena de heridas izquierda española.