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La desaparición de una mujer pone el foco sobre la Ertzaintza

La desaparición de una mujer que estaba en situación de acogida y para quien se había decretado nivel máximo de riesgo, sin que se cumpliera el protocolo fijado para estos casos, ha provocado una investigación interna en el seno de la Policía autonómica.

Imagen de archivo de una patrulla de la Ertzaintza. (Jon URBE | FOKU)

La Ertzaintza ha abierto una investigación interna para determinar qué hizo posible la desaparición de una mujer maltratada y de su bebé de diez meses de un centro tutelado por la Diputación de Gipuzkoa en Donostialdea. Así lo anunció ayer el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, en declaraciones a los periodistas a su llegada al pleno del Parlamento, donde informó además de que la mujer ya no se halla en el Estado español.

«Sabemos que cruzó la frontera. Eso está probado», indicó sobre el paradero de la víctima, que desapareció trassalir a pasear y montar en un coche con su agresor, que tenía una orden de alejamiento de su expareja y el bebé, y sobre el que ya hay una orden de búsqueda internacional.

«RESPONSABILIDAD»

«Se han publicado informaciones que apuntan a actuaciones concretas de responsables concretos de la estructura de la Ertzaintza que pueden entrañar responsabilidad y que no pueden pasar desapercibidas en el seno de la Ertzaintza. Hay que abrir una investigación», dijo Erkoreka.

Se refirió en concreto a una información de “El Diario Vasco” según la cual el centro avisó el pasado sábado de la intención de salir de esta chica a la Ertzaintza al ser una víctima de alto riesgo. No obstante, y a pesar de este aviso,. la mujer abandonó finalmente el centro sin protección y poco después cámaras de videovigilancia la grabaron junto a su niña mientras eran seguidas por su presunto agresor, sobre el que pesa una orden de alejamiento. Al parecer, ambas acabaron subiéndose a un coche con él.

La información agrega que el aviso fue recibido por la comisaría a las once de la mañana, ya que la mujer iba a salir a las 15.00, para que se estableciese la vigilancia pertinente, que consiste en activar patrullas uniformadas y en realizar labores de contravigilancia con agentes de paisano.

La mujer había pedido que se colocara al agresor una pulsera telemática para controlar sus movimientos, una petición que se iba a tratar hoy, según fuentes de la investigación citadas por Efe. Añaden que la Ertzaintza había establecido que la víctima se encontraba en una situación de riesgo especial, pero ella rehusó la escolta policial que se le ofreció en dos ocasiones, por lo que se optó por un servicio de contravigilancia no uniformada de manera preventiva durante todo el día, además de labores de patrulla por la zona.