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OSASUNA

Los rojillos se despeñan en la montaña rusa de juego y goles contra el líder

La escuadra navarra tiró por la borda en los últimos veinte minutos de partido todo el gran trabajo que le había costado remontar a un Girona que está con la flecha hacia arriba y que supo combinar acierto y errores defensivos locales en el tramo final.

A la postre, el doblete de Budimir de bien poco sirvió. (Idoia ZABALETA | FOKU)

Dolorosa derrota -la quinta en El Sadar- la que tuvo que asumir Osasuna ante un Girona que en los últimos veinte minutos le dio la vuelta a la tortilla y demostró el por qué de su sobresaliente clasificación. Fue el tiempo en el que los rojillos tiraron por la borda el enorme trabajo que realizaron para remontar, con sus mejores momentos en el último tramo de la primera parte y el comienzo de la segunda.

Y es que la escuadra navarra ofreció dos caras totalmente contrapuestas, en sintonía con la línea de irregularidad que lleva protagonizando en lo que se lleva de campaña y que en propio feudo está teniendo una plasmación todavía más sangrante. Los pupilos de Jagoba Arrasate volvieron a dejar claro que este curso todavía no saben cerrar un encuentro, con mayor inri por el gran esfuerzo que costó ponerse por delante en el electrónico ante el colíder.

Nuevamente faltó consistencia defensiva en los momentos decisivos del envite, cuando los locales ya habían hecho lo más difícil, que fue voltear el luminoso ante un equipo invicto lejos de su estadio, y el encuentro reclamaba bajar pulsaciones y sacar tajada de la posible impaciencia del contrincante.

NO VALE METERSE ATRÁS

No supo hacerlo un Osasuna al que ya no le vale meterse atrás, porque esa táctica de poco sirve si no se saben cortar los centros laterales o se tienen dudas a la hora de despejar balones comprometidos, las dos maneras en las que llegaron los goles gerundenses para pasar de un esperanzador 2-1 a un desilusionante 2-3.

Lo más preocupante es que de una situación a otra se pasó prácticamente en un abrir y cerrar de ojos, como si al adversario le costase poco sacrificio, si bien es cierto que el Girona está de dulce y práctica- mente convirtió en gol casi todas las ocasiones claras de que dispuso. No obstante, si algo se le puede pedir al cuadro navarro es que tiene que vender más cara su piel y últimamente eso no está sucediendo.

Ahora tiene una semana por delante para lamerse las heridas y preparar con mimo el duelo frente a Las Palmas -dos victorias seguidas fuera y tras ganar al Atlético-, al que los rojillos tienen que ganar sí o sí, si no quieren meterse en problemas.



«Hay que dar un paso en el aspecto defensivo»

Arrasate no pudo ocultar que la escuadra rojilla necesita «más mentalidad defensiva». «El equipo tiene que dar un paso en lo que es el aspecto defensivo, empezando por el delantero y de ahí mejorar», admitió el técnico osasunista.

Analizando el choque, el de Berriatua apuntó que «ha sido un carrusel porque han pasado muchísimas cosas: de querer ajustar, de terminar contento el primer tiempo, de empezar muy bien el segundo… Ellos están en una dinámica de mucha confianza y nosotros, todo lo contrario», destacó refiriéndose al aspecto mental.

«Creo que es un palo duro. No ha sido un mal partido, pero nos han hecho cuatro goles en casa y no podemos estar contentos. Tenemos que ajustar muchas cosas y cambiar esto el sábado que viene, reaccionar», avanzó.

Respecto al Girona, comentó que ahora mismo «es el mejor equipo de la Liga». «Va en solitario, es el que más goles ha hecho y creo que no es anecdótico que vaya primero. Incluso ajustando cosas, daba la sensación de peligro cada vez que conectaban. Además, tiene esa paciencia y esa tranquilidad de no ponerse nervioso», concluyó.

Por su parte, el preparador del Girona, Míchel, aseguró que el partido disputado en El Sadar supone «un punto de inflexión», pues se trataba de un duelo «ante un rival súper difícil, de exgencia mental, pero hemos sido un equipo con una personalidad increíble», resaltó. GARA