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CHAMPIONS LEAGUE

Veinte minutos de avalancha blanquiazul para pasar a octavos

Merino, Oyarzabal y Barrenetxea aprovecharon los errores del Benfica para sentenciar el partido en una media hora espectacular en la que Brais falló un penalti y se anularon dos goles a la Real. El Inter se impuso en Salzburgo y los dos están ya clasificados.

Ander Barrenetxea celebra el golazo con el que culminó una actuación sobresaliente con Aihen detrás. (Andoni CANELLADA | FOKU)

La Real se clasificó ayer para los octavos de final de la Champions League al derrotar al Benfica con una superioridad insultante en la primera media hora e imponerse el Inter en Salzburgo (0-1) con un gol de Lautaro Martínez en el minuto 85. Guipuzcoanos e italianos, empatados a diez puntos, se aseguraron las dos primeras plazas del grupo D y seguir en la máxima competición y los ingresos que eso genera a falta de dos jornadas.

El equipo blanquiazul, con el once de gala con el único cambio de la entrada de Aritz Elustondo por Traoré, que se retiró tocado ante el Barcelona, dio otra exhibición de fútbol para lograr su tercera victoria seguida en la Champions en un vendaval de media hora en el que aprovechó las facilidades del Benfica con errores impropios no de un conjunto de Champions, ni tan siquiera de uno de categoría Regional.

En el primer gol tres jugadores del Benfica fueron a presionar a Kubo y permitieron a Barrenetxea, que jugó en corto el saque de esquina con el japonés, centrar sin oposición con un despeje que buscó Aihen para intentar un disparo que se convirtió en una perfecta asistencia para que Mikel Merino abriera el marcador.

No menor fue el error de Florentino en un pésimo pase a Otamendi que interceptó Mikel Oyarzabal como premio a su pelea infatigable. El internacional argentino no quiso cometer falta como último defensor para no ser expulsado y el eibartarra marcó de buen disparo el segundo gol.

GOLAZO DE BARRENETXEA

Y tras dos goles anulados a Mikel Merino, por tocar el balón con la mano al enviar a la red en un rechace un primer remate en una falta de Brais, y Oyarzabal, por claro fuera de juego, llegó otro error grave del Benfica, que con tres centrales y dos carrileros, permitió recibir a Ander Barrenetxea con muchos metros de ventaja sobre Joao Neves, al que recortó bien para marcar un golazo con la derecha.

El donostiarra dio en el minuto 28 un perfecto pase a Oyarzabal, al que Otamendi derribó dentro del área. El capitán blanquiazul quiso que el penalti lo lanzara Brais Méndez para enlazar su cuarta jornada con gol en Champions, pero el gallego remató al poste con Trubin ya vencido.

La superioridad de la Real era tan insultante que Roger Schmidt decidió retirar a la media hora a un muy desacertado Florentino para colocar a Jurasek de carrilero izquierdo, a Joao Neves de medio centro y a Aursnes en la derecha. Con este cambio el técnico alemán conseguió que su equipo detuviera la avalancha blanquiazul y recortara diferencias con un gol de Rafa Silva en un comienzo del segundo tiempo en el que se registró un lamentable factor extradeportivo que no ayudó nada al juego porque se desvió toda la atención a la grada.

GRAVES INCIDENTES

Los ultras del Benfica encendieron siete bengalas en la segunda parte y dos las lanzaron a la zona inferior donde estaban los seguidores de la Real de la grada familiar como hicieron en la eliminatoria de la Champions en San Siro en Milán el 19 de abril, con varios heridos, entre ellos un niño, por quemaduras.

La UEFA castigó al club lisboeta con una multa económica de 35.000 euros y la prohibición de vender entradas a su afición en una salida de Champions y en el primer desplazamiento que han podido realizar volvieron a hacer lo mismo tras protagonizar incidentes en los aledaños del campo, sin estar controlados por la Ertzaintza y tras burlar los registros de los empleados de seguridad.

Como sucedió con los seguidores de la Roma, la Ertzaintza no fue capaz de tener controlados a los ultras del Benfica a pesar de un dispositivo exagerado y fueron a enfrentarse con los de la Real con peleas, heridos y tres detenidos. Tampoco los cacheos impidieron el acceso de bengalas al campo y que las arrojaran a un sector de la grada familiar donde están las familias con niños, que lloraban con pánico tras verse en peligro.

Desde la cuenta oficial de la Real, se llegó a escribir en en ese momento «aficionados del Benfica vergüenza», y citaba la cuenta oficial del club lisboeta ante la impotencia por el reiterado lanzamiento de bengalas. Al final es el primer responsable de lo sucedido porque da las entradas a ultras que generan problemas allá donde van.

CONTROL CON CAMBIOS

Lo triste fue que los incidentes desviaron la atención de donde debía estar, en el campo, donde la Real retomó el pulso al partido y Zubimendi pudo marcar el cuarto gol del partido en una clara opción tras un saque de esquina.

Imanol no esperó esta vez a hacer los cambios como el sábado ante el Barcelona e introdujo a Carlos Fernández para pasar a la banda derecha a Oyarzabal, a Turrientes en el puesto de Brais, a Zakharyan por Barrenetxea, que recibió una de las mayores ovaciones de la noche tras su festival, y a Odriozola, que jugó unos buenos minutos en el lateral derecho.

Con estos cambios la Real no concedió opciones a meterse en el partido al Benfica y sumó su tercera victoria consecutiva en Champions, con diez puntos que aseguran al menos jugar los octavos como hace veinte años.

El equipo juvenil también ganó al Benfica 2-1 en el partido de la Youth League jugado en Zubieta, con goles de Arenzana y Otadui en el primer tiempo, y sigue con vida en la competición con cuatro puntos en cuatro jornadas.