GARA Euskal Herriko egunkaria
DE REOJO

Bombillas contadas


Me ha pillado con las pantuflas puestas, viendo el cuentagotas de rehenes y prisioneros que se están intercambiando en los territorios en guerra entre Hamás e Israel, con la intervención de tantos intermediarios que cuando ha sido Tailandia la que ha comunicado la entrega de doce rehenes me ha dado hipo que solamente se me cortado al saber que el PNV ha decidido que Urkullu no sea el próximo candidato a lehendakari. ¿Miedo, estrategia, cansancio, ganas de alegrar la vida a la ciudadanía que mira los teleberris? Esperamos la valoración política de demoscópicos de guardia, analistas del pesebre y tertulianos de rebajas prenavideñas.

La verdad es que no tengo una posición integral tomada de manera sólida ante las iluminaciones navideñas. Los argumentos que esgrimen desde un lado y otro me resbalan. Se han convertido en un espectáculo que no sé si es estrictamente político o tiene algo de estético, lo que condiciona la parte de economía de consumo inducido hasta la demagogia. Quizás deberían existir comités o críticas argumentadas de los motivos seudo artísticos que se usan en estas iluminaciones. ¿Hay un cambio, una desacralización o todo el sistema pertenece a un programa de mercadotecnia en racimo?

Hay una competición paranormal sobre dónde está el árbol más alto, pero me deja con mi ábaco desnivelado el que cuenten de manera oficial los kilómetros de motivos iluminados en cada ciudad o los millones de bombillas led utilizadas. Una duda más que metódica, ¿estas luces se compran o se alquilan? Sigamos el rastro del dinero.