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MOCIÓN DE CENSURA EN IRUÑEA

UPN arma el belén en el Parlamento, mientras Sánchez justifica el acuerdo

El presidente de UPN, Javier Esparza, utilizó ayer el pleno parlamentario para protagonizar una gran pataleta en la Cámara. Aprovechó una pregunta sobre las transferencias para insultar a la lehendakari, María Chivite, y, sin esperar su respuesta, abandonar el hemiciclo con todo el grupo de UPN. Mientras, el presidente del Gobierno español justificó el acuerdo del PSN con EH Bildu.

Esparza, poco antes de protagonizar una espectacular pataleta en el Parlamento. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Se preveía una sesión parlamentaria tensa tras el anuncio de la moción de censura contra Cristina Ibarrola en Iruñea acordada por EH Bildu y PSN, a la que se han sumado Geroa Bai y Contigo-Zurekin. Y UPN no defraudó, echándose al monte de diversas maneras en la Cámara.

Javier Esparza se valió de una pregunta parlamentaria sobre las competencias pendientes de transferir a Nafarroa para sacar a relucir toda su ira y frustración por el acuerdo. El líder de UPN prácticamente se desentendió de la pregunta y se centró en descargar su rabia contra Chivite.

Empezó calificándola de «títere» de Pedro Sánchez, Santos Cerdán, EH Bildu, PNV y el PSOE en general, diciendo que todos ellos se ríen de ella porque en el terreno de las transferencias «deciden ellos y no usted», y le acusó de «hacer a pies juntillas lo que le dicen desde Madrid».

También le imputó «traicionar a sus votantes. Le da igual vender Navarra o Pamplona. Lo único que no le da igual es el poder, su sillón y su sueldo», le espetó Esparza.

Siguiendo con su rosario de ataques, subió la apuesta asegurando que «no sé cómo no vomita por las noches, cómo tiene estómago para hacer lo que está haciendo: vender su alma, sus principios, el Régimen foral, vender Pamplona. ¿Le compensa con tal de ser presidenta?».

El culmen llegó cuando señaló que el PSN «son escoria». En ese momento, el presidente del Parlamento, Unai Hualde, decidió intervenir para decirle a Esparza que le retiraba el turno de palabra, ya que «está insultando».

Pero Esparza siguió hablando, escudándose en que quería explicar qué significa exactamente ese término y terminó señalando que escoria es «algo que no merece valoración positiva, porque resulta dañino».

Y concluyó su diatriba señalando que «es vil lo que están haciendo. Levantan un muro frente al 40% de la sociedad navarra. Aunque solo tiene 11 parlamentarios, nos insultan, nos excluyen».

Sin esperar a la respuesta de Chivite, Esparza y el conjunto del grupo parlamentario de UPN se levantaron y abandonaron el pleno, mientras el presidente Hualde les espetaba que «está visto el respeto que tienen al Parlamento de Navarra».

Con UPN ausente, la lehendakari navarra tomó la palabra para denunciar que Esparza «sigue en la misma tónica hiperbólica de crispación y de insultos». Incluso aseguró que «puedo entender el enfado de UPN» al ver que pierde el Ayuntamiento de Iruñea al recordar que «el PSN estuvo en una situación similar cuando UPN nos echó del Gobierno», en alusión a la abrupta salida de su partido durante el Ejecutivo de coalición de Yolanda Barcina. Y entonces «no llamamos a la ciudadanía a salir a las calles, no abandonamos las instituciones democráticas y no nos dedicamos a insultar. Demuestran poco respeto».

Finalizó recuperando el origen de la discusión, las transferencias, para decir que «este Gobierno está comprometido con el despliegue del autogobierno». Pero para escuchar la respuesta que había demandado, ya no estaba Esparza.

PLENO SUSPENDIDO

Dentro de esa política de tierra quemada de UPN, la de momento alcaldesa, Cristina Ibarrola, suspendió el pleno del Ayuntamiento de Iruñea que estaba previsto celebrarse ayer.

Geroa Bai criticó esa decisión a través de una nota, en la que señalaba que la formación regionalista se irá de la Alcaldía de Iruñea «sin clase y a la desesperada», y demuestra «una vez más la actitud a la defensiva de UPN cuando no se sale con la suya».

El PSN criticó la decisión «unilateral de UPN» y denunció que los de Esparza continúan «paralizando la ciudad, impidiendo que se aprueben cuestiones relevantes como las que se iban a sacar adelante».

Recordó que en ese Pleno debía tomar posesión el nuevo concejal Tomás Rodríguez, en sustitución de Elma Saiz, por lo que «también se están atacando sus derechos, retrasando su toma de posesión hasta el próximo día 28».

Por su parte, EH Bildu hizo pública una nota en la que mostraba su «estupefacción» por la suspensión unilateral del Pleno, al tiempo que emplazaba a UPN a acordar una transición ordenada en la Alcaldía de Iruñea «en interés de la ciudadanía».

Así, planteaba a Cristina Ibarrola que el relevo al frente del Consistorio se produzca «sin estridencias, dentro de las normas del respeto institucional y bajo la máxima de mirar, ante todo, por la ciudadanía de Pamplona y por la operatividad de los servicios que el Ayuntamiento les presta».

Desde la coalición soberanista se solicita ya una reunión con Ibarrola para empezar a abordar el tema y hacerlo «desde la máxima normalidad democrática posible e intentando que los intereses de partido o el legítimo derecho a la crítica política que a cada cual nos corresponde respecto a la situación que se va a dar, no interfiera en la responsabilidad que tenemos ante la ciudadanía como representantes electos que somos».

Este encuentro aún no se ha cerrado, pero «estamos convencidos y convencidas de que, entre todos y todas, sabremos hacer una buena transición».

«DEBEN HACÉRSELO MIRAR»

Mientras Esparza armaba el belén en el Parlamento de Nafarroa e Ibarrola suspendía el Pleno previsto para ayer, desde Bruselas, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, defendió la moción de censura en Iruñea por la parálisis a la que cree que ha llevado a esa institución la actual alcaldesa de UPN.

Sánchez respaldó esa moción en declaraciones a los periodistas a su llegada al Consejo Europeo de Bruselas en las que, al ser preguntado si estaba pactada ya esa moción antes de su investidura, recalcó que lo ocurrido en Iruñea es que desde hace cinco años existe «un bloqueo, una parálisis y la no aprobación de los presupuestos municipales».

«Por tanto, creo que aquellos que reprochan esta moción de censura tienen que hacérselo mirar, porque se produce por la incapacidad, en este caso de UPN, de la derecha navarra, de tejer complicidades, de construir puentes con otras formaciones políticas para hacer avanzar a Pamplona», añadió.

A su juicio, lo que está haciendo el PSN, que afirmó que cuenta con su apoyo, es sacar de la parálisis a un ayuntamiento tan importante como Iruñea.

Las declaraciones de Sánchez generaron la correspondiente réplica del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien anunció que acudirá el próximo domingo a la concentración contra la moción de censura convocada por UPN en la Plaza Consistorial bajo el lema “Pamplona no se vende”.

En una rueda de prensa en Bruselas tras participar en una reunión del Partido Popular Europeo con motivo de la cumbre de líderes de la UE, Feijóo señaló que la justificación dada por Sánchez se basa en «falsedades».

El presidente del PP señaló que la parálisis en la que Sánchez afirma que había sumido UPN al Ayuntamiento de la capital navarra es «una gran mentira» y recalcó que es el pacto «más miserable» de todos los que ha suscrito el jefe del Ejecutivo español.