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ALAVÉS

El Glorioso sigue esperando a Ibai Gómez ante un líder muy sólido

Un timorato Alavés que cedió toda la iniciativa a un Girona que necesita muy poco para marcar ofreció una muy pobre imagen en Montilivi y apenas opuso resistencia ante un equipo que lo sometió por completo y que demostró los motivos de su liderato.

El Alavés confió todo su ataque a Samu, que no tuvo su noche y tampoco estuvo bien acompañado. (Eddy KELELE | LA OTRA FOTO)

Montilivi fue, en 2017, con un increíble hat-trick de Ibai Gómez en 21 minutos, el punto de inflexión de la salvación con Abelardo Fernández en el banquillo y, seis años después, un timorato Glorioso saltó al mismo escenario a la espera de que un milagro similar se repitiera. Tan cierto es que los prodigios cada vez son más escasos como que el Girona actual poco o nada tiene ver con aquel, su dominio del partido fue total y se le caen los goles incluso sin Stuani, y el equipo catalán reforzó su condición de líder con plena solvencia y sin apuros.

El equipo albiazul saltó a Montilivi más pendiente de guardarse las espaldas con una defensa en bloque bajo que de presionar y tener el balón, confiando todo su potencial ofensivo al potencial de Samu a la hora de explorar los espacios. Y si en ataque se echó en falta algo más de chispa en jugadores como Luis Rioja, cederle tanta iniciativa a un equipo tan enrachado como el Girona supuso un auténtico suicidio, ya que el equipo de Míchel tampoco necesitó demasiado para adelantarse en el marcador.

El equipo de Luis García Plaza saltó al césped además con una defensa de circunstancias, con Duarte de improvisado central y adoleció de falta de contundencia que apenas necesitó tres disparos entre los tres palos para marcar dos goles, el primero de Dovbyk, en el 23, aprovechando un rechace de Sivera y el segundo de Portu, principal novedad en el once inicial del equipo gironí, de disparo cruzado tras un centro desde la derecha.

Un inocente cabezazo de Samu en buena posición fue el único bagaje de un equipo albiazul que no tuvo plan B una vez que se vio por detrás en el marcador.

POCA RESPUESTA

Si bien la puesta en escena fue algo mejor, tampoco el paso por vestuarios sirvió para mejorar mucho a un Alavés que ayer no compitió y solo se desplegó algo cuando vio el partido completamente perdido. Y eso se produjo al cuarto de hora de la reanudación, cuando Javi López cometió penalti sobre Savinho y Dovbyk no perdonó desde los once metros.

Solo con el carrusel de cambios y cuando el Girona levantó el pie del acelerador pensando en el partido de entre semana se estiraron los albiazules, que tuvieron sus mejores oportunidades en un disparo cruzado de Rebbach y un zurdazo de Duarte que fue repelido por el larguero y que no pudo maquillar uno de los peores partidos del curso.