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A quien corresponda


Mi amigo Iñaki ingresó en el hospital de Mendaro el día 1 de diciembre del 2023 después de haberse caído en la calle. Al día siguiente, me interesé por su estado y no me dieron ninguna información porque la Ley de Protección de Datos no lo permite. El día 3 llamé al hospital para decirles que le iba a llevar una bata y zapatillas. Me comentó la señorita al teléfono que mi amigo ya no estaba en ese hospital y que ya me estaba dando demasiada información.

Pregunté por él en la Residencia de Arantzazu y en la Policlínica, pero lo mismo, no me podían dar información. En está última me comentaron que me pusiera en contacto con Atención al Paciente de la Residencia.

Ante esta situación, y sospechando que sus familiares más cercanos no tenían conocimiento del paradero de Iñaki, me puse en contacto con la Policía Municipal de Arrasate, ya era el sexto día, para que pudieran localizar a su familia. El policía que me atendió por teléfono me dijo y repitió que no podía hacer nada.

Al día siguiente, llamé al 112 pidiéndoles por favor que localizaran a algún familiar. Me contestaron que no me podían dar ningún dato. Seguí intentando por varios medios localizar a mi amigo o a algún familiar, todo fue en balde.

El día 11 solicité cita con la asistente social del Ayuntamiento de Mutriku, dándome cita para el día 26 de diciembre. Solicité una entrevista urgente con el alcalde, pero estaba ocupado. Me llamó la asistenta social para comunicarme que no tenía posibilidades ni contactos para hacer averiguaciones.

Al día siguiente me recibió el alcalde. Realizó algunas llamadas. Le comenté que si no se hacía algo, en 24 horas me ataría a las columnas del Ayuntamiento con una pancarta. Estaba aterrorizado, podía ser que mi amigo estuviera en la UCI o hubiese muerto.

El día 12 me llamó el alcalde para comunicarme que estaba en la UCI en el Hospital Arantzazu en estado muy grave. Me puse en contacto con la Policía Municipal de Arrasate para que encontraran a su familia, entonces sí me hicieron caso. A los cinco minutos me llamó su hermana, no sabían absolutamente nada.

Hasta el día 6 estuvo consciente. Si se me hubieran hecho caso y si los protocolos fueran otros, su familia habría podido despedirse de él.

Mi amigo murió el 15 de diciembre rodeado de su familia. Yo pasé doce días buscándolo en los hospitales, así como intentando localizar a su familia. Chocando contra el muro de «la Ley Protección de Datos» y policías que no te hacen ni caso.

La Ley de Protección de Datos tendría que servir para que las compañías eléctricas y telefónicas no te molesten con sus llamadas a cualquier hora.

¿Cuál es la labor de las asistentes sociales? ¿No hay un protocolo en donde se puedan poner en contacto asistentas de diferentes administraciones, por ejemplo, en este caso, Ayuntamiento y hospitales?

En recuerdo de un amigo, que fue un gran profesor y una mejor persona, además de un buen ciudadano. Doce días perdido en los hospitales de Osakidetza.