GARA Euskal Herriko egunkaria
ELECCIONES EN EL SALVADOR
Entrevue
FRANCISCO elías VALENCIA
Director del periódico salvadoreño «Diario Co Latino»

«Lo más peligroso es que Bukele se va a convertir en un dictador»

El periodista salvadoreño y director de «Diario Co Latino», fundado en 1890, Francisco Elías Valencia no tiene dudas de que en las elecciones presidenciales de hoy Nayib Bukele saldrá reelegido por una mayoría abrumadora. «Tiene a su favor el tema de la guerra contra las pandillas y lo está utilizando como elemento de campaña infundiendo temor», resalta.

(Jon URBE | FOKU)

Este domingo, El Salvador va a las urnas para elegir a su presidente y a los diputados de la Asamblea Legislativa. Las encuestas dan una abrumadora victoria a Nayib Bukele, quien se presenta como candidato presidencial pese a que la Constitución lo prohíbe.

En entrevista a GARA durante su reciente gira por Euskal Herria, Francisco Elías Valencia, director de “Diario Co Latino”, advierte de que «lo más peligroso es que se va a convertir en un dictador».

¿Cómo se enfrenta a la cita electoral de hoy?

Es bastante preocupante por varias razones. La primera, porque el presidente va a una contienda electoral de una forma ilegal violando la Constitución. El artículo 152 establece que no puede ser candidato presidencial alguien que haya desempeñado la Presidencia por más de seis meses consecutivos. Bukele lleva cuatro años y medio. Y el artículo 88 dice que la alternabilidad es indispensable, por lo que está violentando el sistema político. Además, vamos a una elección en el marco de un estado de excepción que prohíbe la libertad de prensa, de movilización, de organización. La gente va a ir a votar con temor.

Bukele tiene a su favor el tema de la guerra contra las pandillas y lo está utilizando como elemento de campaña. Está infundiendo temor al votante diciéndole que si vota por otros partidos y estos ganan un diputado más, van a estropear toda su estrategia contra las pandillas. Es una manera deshonesta y mentirosa de hacer campaña, porque la oposición en ningún momento ha ofrecido poner en libertad a los pandilleros.

¿Qué implica el estado de ex-cepción implantado en 2022?

El Gobierno asegura que hay 75.000 pandilleros presos, lo cual no es verdad, porque el mismo gobierno ha aceptado que ha dejado en libertad a 7.000 porque no eran pandilleros. Organizaciones de derechos humanos aseguran que 25.000 son inocentes y aún así se les ha aplicado la ley del estado de excepción.

Estos presos no tienen derecho a que su abogado los asista ni a saber los cargos que se les imputan. Pueden pasar hasta dos años en prisión sin pasar ante el juez y sus familiares no los pueden visitar. De hecho, miles de familias no saben ni en qué prisión están.

¿A qué perfil responden?

En efecto, hay gente que es pandillera, pero otros muchos no tienen nada que ver con las pandillas y su único delito es vivir en zonas controladas por las pandillas. Fue en las zonas de mayor vulnerabilidad donde Bukele ordenó capturar a la gente masivamente, independientemente de si tenían o no evidencia de que era pandillero. La Policía y el Ejército promovieron que la gente que supiera de la existencia de un pandillero cerca de su colonia llamara para denunciarlo. Y algo aún más grave. El director de la Policía Nacional dijo en un programa de televisión que la policía y el soldado se habían convertido en jueces de la calle a partir de si alguien les parecía sospechoso. Ese concepto del «sospechoso» ha sido fundamental para capturar a mucha gente inocente. Por ello, muchos jóvenes se siguen yendo a EEUU. Antes lo hacían por el riesgo de ser reclutados por las pandillas, hoy el motivo para irse del país es la Policía. Hay un temor bastante generalizado en el país.

¿Qué factores han propiciado la expansión de las maras?

Es muy complejo, pero lo primero que debemos decir es que el fenómeno de las pandillas no se trató adecuadamente cuando apareció. Cuando en 1994-95 llegaron los primeros pandilleros deportados de EEUU, la UCA hizo un estudio en el que sugirió que se tratara ese tema porque, de lo contrario, se iba a convertir en un problema social. No solo se convirtió en un problema social sino también en un asunto criminal, porque las pandillas comenzaron a ser parte de la distribución de la droga hacia Guatemala, México y EEUU y la disputa por el control territorial aumentó la violencia. Ninguno de los gobiernos le dio el tratamiento adecuado.

¿Cómo es el ejercicio del periodismo en este contexto?

Muy delicado, porque el estado de excepción afecta la libertad de expresión. Dejamos de publicar cosas sobre las pandillas. Para poder informar sobre ese tema, el diario digital El Faro trasladó su sede de San Salvador a Costa Rica. Este y otros periódicos han sido atacados por el Gobierno. A menudo Bukele lanza mensajes peyorativos contra la prensa y todos aquellos medios, caso “Co Latino”, que no publican solo la versión oficial. Ha habido casos en que la Policía le ha decomisado el material a los periodistas. La Asociación de Periodistas de El Salvador ha registrado más de 300 casos de acciones en contra de la prensa que en un alto porcentaje los han cometido funcionarios del Gobierno, la Policía Nacional, los soldados y el presidente Bukele con sus mensajes de odio. Tiene sus propios medios para la propaganda, en primer lugar, las redes sociales. El presidente usa las mentiras o medias verdades, con lo cual manipula a la población.

El 16 de enero se cumplieron 32 años de la firma de la paz . ¿Qué implicaciones tiene que el presidente tilde de «farsa» el acuerdo de paz, que fue alabado internacionalmente?

Bukele está tratando de borrar la historia del país y de desvirtuar los acuerdos de paz. Ha dicho que los doce años de guerra fueron una farsa, que fue una guerra planificada por el partido Arena y el FMLN para tener contentos a los bloques hegemónicos del momento, que eran Rusia y EEUU. Lo hace porque está violentando los acuerdos de paz. La propia ONU los vendió a escala mundial como un proceso de negociación digno de emular. La guerra tuvo sus orígenes en la dictadura militar, en el cierre de los espacios políticos, en la violación de los derechos humanos y en la pobreza. Esas cuatro características que llevaron a la creación de la guerrilla y la guerra civil se están dando nuevamente con Bukele. Lo más peligroso para los salvadoreños y también para América Latina es que se va a convertir en un dictador.

La reelección de Bukele se da por hecho. ¿Qué le queda al pueblo salvadoreño?

En este momento muy poco se puede hacer, las cartas ya están echadas. Todo indica que va a ganar abrumadoramente la Presidencia, que va a controlar el Congreso y a lo mejor donde se le vayan a arrebatar algunos votos será en los municipios. Ha hecho todo para ganar; ha reducido el número de diputados, de municipios...

¿Cómo llega una persona así a la Presidencia, más aupado por parte del FMLN?

Bukele encantó por su modalidad, por su juventud, porque utiliza las redes sociales y se pone la visera del revés, porque va a la ONU y se saca selfies. En definitiva, gusta porque rompe esquemas, pero lo hace en cosas muy superficiales. Mucha gente cree que ese es el tipo de personaje que nos va a sacar de los problemas.

El 50% de la militancia del FMLN se fue del partido cuando Bukele fue expulsado. Por eso, el Frente hoy está en una situación electoral muy complicada a pesar de que hizo buenas obras. De los 40 programas que creó, Bukele ha eliminado 31. ¿Por qué la gente siente que no ha perdido mucho? Porque muchos de los militantes del FMLN están con Nuevas Ideas porque se resintieron con el partido cuando Bukele fue expulsado.

Él es muy dado a las ilusiones, a las superficialidades, nos está dando pan y circo. Por ejemplo, ha gastado 115 millones de dólares en bitcoin; a mediados de julio del año pasado se llevó los Juegos centroamericanos y del Caribe, y para realizarlos pidió prestados 200 millones de dólares que se los dio un organismo financiero internacional; a mediados de diciembre se llevó el concurso Miss Universo en el que gastó 100 millones de dólares. No gasta en obras prioritarias. A la única universidad pública que tenemos en el país le debe 43 millones de su presupuesto de dos años.

¿Le faltó hacer pedagogía a los dos gobiernos del FMLN sobre el alcance de sus programas sociales?

Totalmente. Siempre hemos criticado que los dos gobiernos del FMLN no fueron capaces de promover las obras y programas que habían ejecutado por el bien de la sociedad. La gente no los percibió. La comunicación la dejaron a un lado. Con el presidente Salvador Sánchez Ceren fue peor, porque el primer día de su gobierno decreto austeridad, y los primeros sacrificados fueron las comunicaciones. No hubo presupuesto para informar periódicamente a los salvadoreños de los programas que se estaban ejecutando. Y también falló el partido, porque sus estructuras tampoco hicieron conciencia en las comunidades de ese gran beneficio y de la importancia de que la ciudadanía se empoderara de esos beneficios.