29 JAN. 2024 MODELO POLICIAL Taser: pistolas letales entre protocolos policiales opacos Una investigación de Civio apunta que los cuerpos policiales del Estado español ignoran las recomendaciones del fabricante en el uso de pistolas Taser. En Euskal Herria, la Ertzaintza o la Policía Municipal de Iruñea emplean este tipo de armas «no letales» que a veces matan, y su uso está aumentando. A la izquierda, un mosso con una pistola taser, en una imagen de archivo. A la derecha, policía municipal de Iruñea con una cámara en el pecho y la Taser enfundada. (EUROPA PRESS-AYUNTAMIENTO DE IRUÑEA) Ibai AZPARREN Desde su introducción, el uso de pistolas eléctricas por parte de cuerpos policiales ha suscitado preocupaciones significativas en cuanto a los derechos humanos. Entre estos dispositivos, se encuentran las pistolas tipo Taser, que su fabricante, Axon Enterprise, promociona como alternativa «no letal» al uso de armas de fuego, siempre y cuando no se utilice contra individuos bajo los efectos de drogas, con enfermedades mentales, en estados de agitación, con problemas cardíacos o personas muy delgadas, entre otros supuestos. Sin embargo, la mayoría de los protocolos policiales pasan por alto tales directrices, resultando en ocasiones en consecuencias fatales. En una investigación publicada en Civio, organización estatal especializada en vigilar a los poderes públicos, las periodistas Ter García y Ángela Bernardo han analizado los protocolos usados por la Policía española, Mossos d’Esquadra y diferentes policías municipales o locales de Catalunya y diferentes Comunidades Autónomas del Estado español. «Ninguno de ellos descarta el uso de las pistolas Taser sobre población que sufre problemas mentales», apuntan. Incluso hay algún protocolo, como el utilizado por la policía local de Fuensalida, en Toledo, que lo recomienda contra estas personas. Además, las autoras del artículo denuncian la opacidad respecto a los protocolos de uso de las pistolas Taser. «Entiendo que las administraciones policiales quieren hacer su trabajo lo mejor posible y para ello es vital que transmitan la información, es lo que hace que la ciudadanía tenga más confianza», señala García a GARA. No obstante, aunque el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno ha resuelto que el Ministerio de Interior debe facilitar el protocolo tanto de la Guardia Civil como de la Policía española, este Ministerio se ha ratificado en su negativa. De hecho, Civio ha conseguido el de la Policía española -que no ha estado listo hasta marzo de 2023 gracias que el Defensor del Pueblo urgiera a elaborarlo- mediante «fuentes sindicales». PROTOCOLOS EN EUSKAL HERRIA ¿Y la Ertzaintza? García señala que desde el Departamento de Seguridad de Lakua se les ha facilitado únicamente un «resumen no vinculante respecto al contenido del protocolo» usado por la Policía autonómica. GARA ha intentado asimismo acceder al protocolo, pero Lakua argumenta que por «razones de seguridad» no facilitan este tipo de directrices internas a medios de comunicación. «Las y los agentes que usan este tipo de armas son de unidades concretas, su uso no está extendido en la Ertzaintza, y están previamente formados. Cada vez que se usa un arma de este tipo la actuación se graba por motivos de seguridad», apuntan desde Lakua. Este periódico ha requerido información completa respecto al uso de las pistolas taser en personas bajo los efectos de las drogas, con enfermedad mental, en estado de agitación, con problemas de corazón o muy delgadas, pero no ha recibido respuesta. Desde su adquisición en 2017, las pistolas Taser son utilizadas por las Patrullas de Respuesta Inmediata (PRI) de la Ertzaintza, conocida también como Bizkor. La primera actuación en que se documentó su uso fue en Gasteiz, en 2018, cuando un individuo con problemas psiquiátricos y armado prendió fuego a su habitación. No fue la última vez que utilizaron este tipo de armas contra personas que sufrían enfermedades mentales pese a que el fabricante lo desaconseja; en 2020, el mismo «grupo especial» utilizó la Taser para reducir a un varón de 50 años, en tratamiento por problemas psicológicos, que les amenazó con una escopeta de aire comprimido en una vivienda de Derio. Mandos responsables del Área de Seguridad Ciudadana de la Policía Municipal de Iruñea portan desde diciembre de 2022 pistolas Taser. En su protocolo, al que ha tenido acceso este periódico, restringe el uso del dispositivo eléctrico de control (DEC) en «mujeres embarazadas, niños y ancianos». También lo hace en «personas que por su patología así se estime oportuno», y por tanto no recoge expresamente los casos en los que el mismo fabricante desaconseja el uso de la taser, como los citados anteriormente, y se ciñe a un término genérico. Además, recomienda un uso «ponderado» del DEC contra personas extremadamente delgadas, pero por «falta de eficacia». Sí contempla, al igual que el fabricante Axon, un uso restrictivo del taser contra «sujetos ubicados en lugares donde su caída pueda suponer un riesgo grave para su integridad a consecuencia de dicha caída o precipitación tras el uso del DEC», y además limita su uso a situaciones en las que exista un riesgo para la vida o integridad física del agente o de terceras personas. Algunas de las recomendaciones de Axon se refieren a las áreas del cuerpo a las que no se debe apuntar, como la zona cercana al corazón, la cabeza, la garganta, los genitales y los pechos. Estas limitaciones no están contempladas en el protocolo de la Policía Municipal de Iruñea, y tampoco, según Civio, en los de la Policía española, Mossos d’Esquadra y policías locales catalanes. Respecto a las recomendaciones relacionadas con los perfiles de personas que podrían enfrentar un mayor riesgo de muerte o lesiones graves al recibir una descarga, la empresa fabricante advierte que el uso del DEC «no ha sido probado científicamente en estas poblaciones». DUDAS RESPECTO A SU USO Además de la Ertzaintza y la Policía Municipal de Iruñea, los policías de Donostia, Sestao, Basauri, Santurtzi y Peralta disponen de la pistola taser como arma de dotación en Hego Euskal Herria, y son muchos los agentes y sindicatos policiales que piden estas armas para los cuerpos policiales de diferentes municipios y ciudades. En Bilbo, el sindicato Esan ha pedido «herramientas de trabajo más adecuadas» para la Policía Municipal de la capital, como las Taser. Esta firme defensa de las pistolas eléctricas por parte de los cuerpos policiales contrasta con las dudas expresadas por organizaciones internacionales y movimientos sociales. En un informe presentado en 2012, Amnistía Internacional (AI) aseguró que entre 2001 y 2012 al menos 500 personas en EE.UU murieron después de recibir una descarga con una pistola eléctrica, y en veintenas de casos «se hizo un uso indebido de la fuerza». Expertos de la ONU han criticado en reiteradas ocasiones el uso excesivo de estas armas, y en Catalunya, más de 40 entidades pidieron erradicarlas. Fue concretamente en Badalona donde se produjo el por ahora único caso con resultado de muerte en lo que respecta al Estado español. En 2021, los Mossos redujeron a un hombre usando una pistola Taser, que murió en el hospital 24 horas después. El caso sigue bajo investigación en los juzgados, y la persona sobre la que los agentes aplicaron descargas eléctricas sufría una enfermedad mental. Con todo, Axon Enterprise sigue vendiendo sus armas como dispositivos «no letales», pese a que a lo largo de los años, se ha enfrentado a más de 120 demandas externas por muerte por negligencia después del empleo del arma, según un informe de Reuters. Además, se ha enfrentado menos demandas desde 2009, año en que introdujo un nuevo modelo de Taser con una carga más baja. A raíz de un estudio que mostraba que los pulsos de Taser podían interferir con los ritmos del corazón humano, ese año la compañía revisó sus recomendaciones sobre hacia dónde apuntar el dispositivo. La pistola Taser fue diseñada por John H. Cover, piloto de bombarderos durante la Segunda Guerra Mundial, y la denominó así por el acrónimo de Tom Swift, su personaje favorito de ficción. Es un arma de electrochoque que, al tener contacto con un sujeto, lo incapacita de forma temporal. Esto es posible mediante el disparo de dardos electrificados que paralizan los mecanismo musculares del cuerpo. La mayoría de cuerpos policiales del Estado utilizan hoy el día el taser X7, que vienen acompañadas de una cámara, que graba toda la escena. Los agentes que vayan a llevarlas deben seguir un curso sobre su manejo que la propia Axon, hoy en día el principal fabricante del mundo de este tipo de pistolas, ofrece. «Las formaciones va en cascada, la fabricante forma a policías y a la vez los licencia como formadores. En estos cursos de formación también instruyen a los agentes para utilizarla en situaciones en las que recomiendan que no se utilice. La empresa es consciente de que el valor de esta arma es que sea utilizada en vez de la pistola, y que se va a utilizar en situaciones en las que no puede garantizar que no sea segura», afirma García. Debido al aumento de compras de pistolas eléctricas taser en diferentes cuerpos policiales, desde Civio apuntan a que es previsible que cada vez sea más habitual su uso, y, por tanto, organizaciones como Amnistía Internacional piden protocolos públicos de uso de este tipo de armas, garantizar que los agentes policiales que vayan a utilizarlas estén debidamente formados en el uso y en los riesgos que tienen, así como en las precauciones que deben tomarse para evitar dichos riesgos. Otras organizaciones y movimientos sociales piden simplemente erradicarla por la relación de este tipo de armas con el incremento de la brutalidad policial. la brutalidad policial y su lucrativo negocio En Ipar Euskal Herria, los polícias locales no pueden emplear este tipo de armas eléctricas, pero los gendarmes sí las utilizan desde hace años. De hecho, en el Estado francés se han documentado varias muertes provocadas por las taser. En su revelador libro “Gasear, mutilar, someter”, el economista y autor Paul Rocher (París, 1987), al que entrevistó Aitor Agirrezabal en GARA, desmonta la dicotomía entre armas letales y no letales. «La evidencia nos dice que matan y mutilan», subraya Rocher, que expone cómo estas armas -que además de las taser abarcan desde balas de goma hasta gases lacrimógenos o diferentes tipos de granadas-, lejos de ser inofensivas, han contribuido al aumento de la brutalidad policial en manifestaciones. Además, el autor destaca la conexión entre este fenómeno y un próspero negocio armamentístico. Así, remarca que los gobiernos a nivel mundial buscan adquirir armas no letales, generando un lucrativo mercado. Y destaca que el ciclo de compra y utilización continua de estas armas perpetúa el negocio, poniendo de manifiesto la falta de voluntad para prohibirlas a pesar de su potencial peligro. I. A.